La diferencia entre la gastronomía latinoamericana y la española es bastante evidente: mientras el panameño prefiere un plato único abundante, el español se decanta por un menú compuesto de tres platos y si es acompañado de vino, mejor. Mientras en España no hay comida que se tercie sin compañía de pan, en Panamá no conciben una comida sin carne ni arroz.

Son muchas las discordancias entre ambas cocinas, pero lo que se puede afirmar es que la gastronomía española ha dejado huella en este país de Centroamérica que aprende cada vez más a apreciar la comida de la llamada “madre patria”. Los menús ejecutivos compuestos por primer y segundo plato y postre son cada vez más concurrentes durante los mediodías, sobre todo en la zona de negocios. Además, el beber vino durante el break de la jornada laboral se va aceptando cada vez más, pues hasta hace muy poco beber vino entre semana estaba mal visto. La cultura del vino se está implantando cada vez más gracias a la labor divulgativa de varias tiendas especializadas (winestores) o bodegas españolas que organizan catas para dar a conocer sus productos y así provocar que Panamá valore el buen vino.

En la ciudad no faltan los supermercados y tiendas gourmet que venden todo tipo de productos españoles, así como restaurantes que ofrecen paella, gazpacho, pulpo a la gallega y una gran variedad de platos típicos de nuestro país. Son muchos los españoles que emigraron a Panamá e inauguraron restaurantes especializados en nuestra cocina, algunos de ellos llevan más de cincuenta años operativos con clientela fija que valora la gastronomía de España.

Sea como sea, se puede afirmar que nuestra gastronomía llegó a Panamá para quedarse y uno siempre podrá sentirse como en casa en un buen restaurante que le brinde platos típicos de la cocina tradicional.

Quizá te interese:

∴ Panamá: tierra de culturas y negocio

Un artículo de Carolina Gimeno para CEXT.