Así lo confirmaba el Informe de la Comisión Europea publicado el pasado jueves. En él se resalta que el número de estudiantes europeos que participan en este programa de movilidad internacional alcanzó en el curso 2012-2013 máximos históricos. Desde la implantación de las Becas Erasmus en 1987 las cifras no han dejado de crecer, situándose el pasado año en torno a los 270.000 participantes.

De ellos, más de 40.000 eligieron como destino nuestro país, que se consolida en el primer puesto de la tabla, recibiendo a un 15% del total de los Erasmus. De hecho, las tres primeras instituciones de acogida de estudiantes internacionales se encuentran en España: Granada, Valencia y Sevilla. Del mismo modo, España se mantiene también a la cabeza a la hora de enviar a sus universitarios al exterior: el pasado curso un total de 39.249 españoles continuaron sus estudios superiores o realizaron prácticas en otros países miembros. A pesar de lo elevado de las cifras, éstas suponen un descenso del 1% respecto al año anterior. El principal motivo es el recorte presupuestario a estas ayudas. En este sentido, el Informe de la Comisión confirma que España es el estado que menos dinero público dedica al Erasmus: los estudiantes de nuestro país reciben una dotación mensual de 143 euros, frente a los 262 euros en los que se sitúa la media comunitaria.

Las quejas acerca de la insuficiencia de estas ayudas llevaron al Ejecutivo español a anunciar, el pasado enero, cambios en la metodología de las mismas para el próximo curso académico. Así, en 2014-2015 los alumnos españoles con buen nivel idiomático y expediente académico recibirán 350 euros mensuales, financiados por el Gobierno. La subvención para aquellos que cuenten con menor dominio del idioma de su país de acogida y un expediente académico más bajo, será de 250 euros mensuales costeados por la Comisión Europea.

Un artículo de María de Castro para CEXT