Hoy entrevistamos a una joven gaditana que refleja en su personalidad toda la luz y el calor de su tierra natal. Desde Australia, donde lleva viviendo unos meses, nos narra con entusiasmo sus vivencias en el otro extremo del mundo y nos recuerda la importancia de salir de nuestra zona de confort para lograr dejar de ser esclavos de nuestros temores.

CEXT- ¿Qué te llevó a decidir trasladarte a nuestras antípodas?

Patricia- La idea del “¿y por qué no?”. Además, es un país que siempre me ha llamado mucho la atención por su naturaleza, su historia, su clima y porque está, literalmente, en la otra punta del mundo. Sabía que si decidía sumergirme en esta aventura no iba a poder coger un avión a la mínima y en dos o tres horas estar en casa. Era una cuestión de supervivencia. Quería ver si sería capaz de estar un año entero perfeccionando el inglés, solucionando problemas por mi misma y sin ningún tipo de familia o amigos a mi alrededor. Vamos, vine a Australia para salir de mi zona de confort.

CEXT- Llevas aún poco tiempo en Australia, ¿qué es lo que más te ha chocado del país?

Patricia- Que conduzcan por la derecha es lo que peor llevo. No entiendo las señales, ni cómo pueden no chocarse cuando conducen. También impresiona lo controladísimo que está todo. Hay cámaras por todos lados, incluso dentro de los autobuses para que nadie haga nada indebido, señales de prohibido, policías, personal de seguridad, etc. Pero es sin duda un país mágico… con sus barbacoas a pie de playa y sus alertas por tiburón. Es otro rollo.

CEXT- ¿Cómo fue el proceso de tramitación del visado?

Patricia- Es un proceso largo, que parece interminable, pero vale la pena. Primero tienes que elegir qué tipo de visado quieres, si el de estudiante o la WorkingHoliday Visa. Con el primero, que es el mío, tienes que elegir un curso y una escuela y básicamente matricularte. Una vez estás admitido en el curso, haces una prueba de inglés y efectúas el pago. Inmigración se encarga de verificar que todos los datos son correctos y que todo está en orden y, una vez hecho esto, ya puedes solicitar tu visado. Lo solicitas, lo pagas a través de internet y listo. El último paso es someterse a unas pruebas médicas para ver que no tienes ningún tipo de enfermedad contagiosa que la puedas propagar dentro del país. Quizá te lleve un mes o algo menos el hacerlo todo, pero tampoco es tan complicado como parece.

CEXT- ¿En qué difiere tu día a día de la vida que tenías en España?

Patricia- En todo. Aquí es imposible, pero de verdad, levantarse después de las 8 de la mañana. Hay ya una claridad a esa hora que parece que es mediodía. Todo el mundo está en la calle, tomando café, yendo a trabajar… Así da gusto salir. Es totalmente diferente. Aquí se cena sobre las 5:30-6:00 y luego sobre las 9 sales a tomarte una cerveza o una copa, y ya vas tarde. En un día puedes haber hecho mil cosas, conocido a cualquier personaje y estado en mil sitios. Es la energía, el sol y la felicidad, supongo, lo que no te deja perder el tiempo ni tan solo un segundo.

CEXT- ¿Qué consejo le darías a alguien que se esté planteando ir a vivir fuera de España, pero sienta vértigo respecto a esa decisión?

Patricia- Que es algo que hay que hacer, y más cuando eres joven. Porque si no lo haces ahora, ¿cuándo? Todos los cambios dan miedo y no son fáciles al principio, pero si tienes la actitud adecuada y las ganas de hacerlo puedes llegar a comerte el país que quieras, y el mundo entero si te lo propones.

Una entrevista de @mdecastroramos para CEXT