Loyola en su exposición "Women of Cluj"

Loyola Pérez de Villegas, graduada en Comunicación Audiovisual y Periodismo por la Universidad de Valencia (y no como doble grado), enamorada de viajar y de conocer y aprender de diferentes culturas, ha vivido ya en varios países y entre ellos Rumanía, durante casi tres años. Con solo 24 años tiene una exposición en Valencia, “Women of Cluj”, en el que es su primer trabajo como fotoperiodista.

Tras ser expuesta en la ciudad que hoy es su segunda casa, Cluj-Napoca (Rumanía), ha sido traída a Valencia, junto al festival Human Fest y estará hasta el 13 de marzo. En ella se encuentra a sí misma a través de las fotografías y relatos de más de 28 mujeres de diferentes países que encontraron en Cluj, como ella, su segundo hogar.

CEXT – ¿Por qué elegiste Cluj-Napoca como destino Erasmus?

Loyola – El tener a una persona muy importante para mí viviendo en Cluj-Napoca, hizo que me decidiera a elegirlo como destino. El año previo a mudarme allí, había visitado muchísimas veces la ciudad, las suficientes como para darme cuenta de que no podía haber otro sitio mejor donde vivir esta aventura: una ciudad inclusiva, multicultural y con una oferta de experiencias culturales y sociales increíbles. Más de lo que muchas personas (entre ellas yo), hubiéramos podido esperar de Rumanía.  Diría que la ciudad me cautivó desde un principio y supe que encontraría allí mi lugar. Y así fue.

CEXT – ¿Qué pasó al terminar tu experiencia Erasmus?

Loyola – Como ya he dicho, Cluj tiene algo especial, algo que te atrapa y te hace querer estar allí mucho más tiempo. Cada vez que me iba a casa (a la de España) tenía la sensación de que dejaba parte de mí allí y al final de mi Erasmus no estaba preparada para volver a casa definitivamente así que decidí quedarme otro año más allí.

Durante mi tiempo como Erasmus ya estuve moviéndome mucho por allí con la intención de encontrar algún puesto de trabajo de periodista/fotógrafa donde pudiera quedarme para atrasar el momento de decirle adiós definitivamente a Rumanía. Finalmente, gracias a un profesor de la universidad encontré un trabajo como locutora en una radio en Cluj. Trabajé durante 10 meses como presentadora de un programa sociocultural en el que entrevistábamos a gente sobre su experiencia en Cluj y lo que les había llevado hasta allí.

Además, estuve trabajando como fotógrafa y periodista para la universidad en la estudié. Al mismo tiempo, me dediqué a formarme por mi cuenta como fotoperiodista (ya que es a lo que me gustaría dedicarme a tiempo completo en un futuro), y Cluj me dio esa oportunidad. Me sentía como una más allí, pero a su vez, con la perspectiva externa que me permitía apreciar cosas que los locales no eran capaces de apreciar en su día a día. Es decir, tenía lo mejor de los dos mundos.

CEXT – ¿Qué te ha aportado Cluj, y el estar fuera de España, en tu crecimiento como persona y como profesional?

Loyola – A nivel personal, Cluj me ha aportado muchísimas cosas. De hecho, diría que ha sido la experiencia más enriquecedora de mi vida. Me ha permitido conocerme más a mí misma, y aprender a valorar muchas cosas que en mi país doy por hechas pero que sin embargo no todo el mundo tiene ese privilegio. Supongo que cuando estás lejos de casa es echar de menos lo que para ti era normal, habitual… y que por diferentes motivos, ya no lo tienes. Algo tan sencillo como estar rodeada de la gente que conoces, con la que compartes muchas cosas, ambiciones, intereses, expectativas… Hablo principalmente refiriéndome al segundo año en el que me alejé de la vida Erasmus como tal, en la que mi pregunta es: ¿Qué puede ser difícil durante ese tiempo? Es como un pequeño sueño.

Pero el segundo año, la vuelta a Cluj, fue una bofetada de realidad. Experimenté a nivel personal el estar lejos de casa (aunque no era la primera vez que vivía fuera), y solventar tus problemas por ti misma. Siempre he sido una chica muy independiente, pero al fin y al cabo, cuando estás sola y no te queda otra, te das cuenta de lo que es la independencia de verdad. Por lo que diría que a nivel personal me ha hecho más fuerte y me ha ayudado a sacar la mejor versión de mí.

A nivel profesional tuve alguna mala experiencia, la cual, siendo sincera agradezco. También tuve experiencias laborales muy positivas que me brindaron la oportunidad de desarrollarme como (foto)periodista.

El estar fuera de tu país y de tu casa, es algo que siempre te va a aportar cosas positivas. Valoras mucho más todo lo que tienes y lo que no tienes. Conoces a gente muy diversa que te enseña. Gente que opina diferente pero que no significa que no puedas tener una conexión con ellos. Eres testigo de la diversidad cultural y de que el mundo va más allá de lo que tú has visto en tu zona de confort. Vivir fuera es una experiencia que, desde mi punto de vista, todas aquellas personas que tengan la oportunidad, deberían hacerlo.

CEXT – ¿Ha cambiado la imagen que tenías de Rumanía después de vivir allí durante dos años? ¿Qué es lo que más te ha gustado que no tiene España y viceversa?

Loyola – Claro. He vivido allí dos años pero anteriormente había visitado tanto el país que me atrevería a decir que es como si hubiera vivido casi 3 años allí.

Mi imagen hacia Rumanía dio un giro de 180 grados. Llegué de España con mi mentalidad de “europea” en la que a veces no incluimos Europa del Este (cuyo nombre ya de por si vinculamos a algo despectivo). Yo había sido víctima de una estigmatización hacia Rumanía en la que solo nos hablaban de los rumanos como gente conflictiva que venía a España a delinquir y nos llegábamos a cuestionar quien iba a querer ir a Rumanía, ¿allí a qué? De hecho, creo que ha sido la pregunta que más me han hecho en estos últimos cuatro años de mi vida.

Mi experiencia en Rumanía ha sido como un golpe de realidad. Una realidad mucho mejor de la que me habían vendido y es que, Rumanía es un país con muchísimas cosas que ofrecer. No solo a nivel paisajístico como mucha gente cree, pues la naturaleza que tiene es increíble, sino también su gente. Es un país con ganas de mejorar, con ganas de superar el pasado histórico reciente por el que todavía quedan algunas secuelas.

Lo que me gusta de Rumanía (concretamente de Cluj) que no tiene España, es la capacidad que tienen de ponerse a prueba. Por ejemplo, con el tema de los idiomas. En Cluj, todo el mundo que comprenda una edad hasta los 40 años más o menos, sabe hablar inglés. Un inglés perfecto prácticamente. En España, eso es difícil de encontrar. Están acostumbrados a que las cosas no las dan hechas si no que hay que buscarlas, y encontrarlas.

CEXT – Háblanos sobre tu exposición, ya la hiciste en Cluj, y ahora en Valencia. ¿Qué te inspiró a hacerla?

Loyola – Cluj es una ciudad muy inclusiva, que acepta e integra a las personas que llegan a ella, y ese fue el pilar fundamental de mi proyecto. “Women of Cluj” es un proyecto en el que retraté a más de 28 mujeres de países diferentes que, por diversos motivos, acabaron en esta ciudad a la que ahora llaman su hogar. Y es que, mi intención con este proyecto era la de desmontar de alguna forma los prejuicios que existían y existen hacia Rumanía como país, quería capturar esa diversidad cultural de la que tanto he hablado y me parecía que utilizar los rostros de estas mujeres era una buena forma de hacerlo.

Con este proyecto buscaba encontrarme a mí misma. Y creo que lo conseguí.

CEXT – ¿Cómo crees que van a recibirla en España? ¿Te hace ilusión?

Loyola – La verdad es que estoy muy emocionada de poder exponer este proyecto aquí en Valencia, pues al principio no tenía mucha confianza en que fuera a tener algún tipo de eco. Pero lo ha tenido. Y es que, he colaborado con un festival de cine y derechos humanos que se llama Humans Fest, en el que dan mucha importancia al papel de la mujer en el mundo audiovisual. De hecho, mi proyecto está dentro de un proyecto más grande llamado “Mujeres en el mundo” en el quiere darse voz a los proyectos sobre mujeres dirigidos por mujeres.

CEXT – Ahora en Valencia, ¿cómo afrontas este nuevo reto de vivir otra vez en España? ¿Qué quieres hacer? ¿Qué te gustaría hacer para tu fututo?

Loyola – Pensé que la vuelta a casa sería mucho más dura por aquello de la independencia, que una vez la pruebas, cuesta mucho volver atrás. Pero es que es cierto que como en casa, no se está en ningún sitio.

Me gustaría dedicarme al fotoperiodismo y para ello, tengo que formarme. Pero claro, no es tan fácil. Así que, por ahora, estoy involucrándome en diferentes proyectos sola o con otras personas, con la intención de enriquecerme al máximo de este sector, hacer currículum y poder decir que me estoy moviendo. Que quiero ser fotoperiodista y que lo voy a conseguir.

Una entrevista de Marta Urra para CEXT.