Experiencias

París (Francia)

“Hay que seguir adelante, salir a las terrazas, a conciertos o a ver partidos de fútbol”

20/11/2015

CEXT ha tenido la oportunidad de entrevistar a una de las personas que vivieron muy de cerca los atentados de París el pasado viernes 13 de noviembre. Emanuel Fernández, español de origen zamorano nacido en Francia, nos relata cómo vivió en primera persona el horror durante las cuatro horas que pasó encerrado en uno de los locales ubicado en el barrio XI de París, muy cerca del restaurante La Belle Équipe, donde fallecieron 18 personas.

Emanuel trabaja en la Rue Charonne, testigo silenciosa de los atentados. Como todos los viernes se encontraba disfrutando del inicio del fin de semana con tres amigos. Los cuatro sentados en la terraza de un local de la zona charlaban animadamente cuando todo empezó.

CEXT – ¿cómo y cuándo os disteis cuenta de que estaba sucediendo?

Emanuel – Lo que más nos llamó la atención fue el desfile de policía y ambulancias. Es una zona muy frecuentada los fines de semana y es normal escuchar el ruido de las sirenas. Ese día, sin embargo, era algo fuera de lo habitual. Al mismo tiempo, la gente que paseaba por la zona empezaba a correr y en sus caras se apreciaban claros signos de miedo y preocupación. El dueño encendió la televisión del local y fue entonces cuando nos enteramos que a escasos metros de nosotros, en la misma calle donde yo trabajo, había habido un tiroteo con víctimas mortales.

CEXT ­– ¿Qué sentimientos se te pasan en esos momentos por la cabeza?

Emanuel – Miedo, pánico, preocupación. Todavía no éramos conscientes de lo que realmente estaba pasando ni del alcance de los daños, pero si de que era algo realmente grave. Ponernos a salvo era nuestra prioridad. De hecho la policía ya nos había dicho que por favor desalojáramos la calle. Mucha gente que estaba sentada en la misma terraza que nosotros optó por irse a sus casas. Nosotros sin embargo no. Como te comentaba, trabajo al lado de donde estábamos y lo primero que se me pasó por la mente fue subir a mi oficina. Todavía no había pasado por casa y tenía las llevas a mano para poder entrar. Entre todo el barullo y la confusión al final decidimos, junto con otro grupo de personas, quedarnos dentro del local donde estábamos. El dueño cerró a cal y canto y así comenzó un encierro que duró aproximadamente cuatro horas.

CEXT – ¿Cómo viviste ese largo tiempo de espera?

Emanuel – La posibilidad de que los terroristas pasasen cerca de nosotros y nos vieran, siempre estuvo presente. Reinaba una tranquilidad tensa y sentirme arropado por toda la gente que nos encontrábamos allí fue muy importante. Gracias a la televisión comenzamos a ser conscientes de lo que realmente estaba ocurriendo.

Mientras tanto mi familia ya estaba al tanto de lo que sucedía e intentaban ponerse en contacto conmigo sin resultado alguno. Las líneas debían estar saturadas y mi teléfono supuestamente les daba como apagado. Ellos también pasaron un rato verdaderamente agónico hasta que me localizaron. Sabían que estaba en la zona pero no exactamente en qué local. Hablar conmigo, saber que estaba bien dentro del caos, les tranquilizó.

Sobre las dos de la madrugada, la policía nos confirmó que ya podíamos salir y marcharnos a nuestras casas. La sensación era de querer salir de allí cuanto antes. Se notaba la tensión en el ambiente. Fue bastante desagradable.

CEXT – Ya fuera del local donde habíais pasado las últimas horas ¿qué panorama te encontraste?

Emanuel – Recuerdo que la gente corría asustada de un lado para otro en búsqueda de taxis o medios de transporte. Todo era un caos. En mi caso tuve suerte y regresé en un taxi junto a otras dos personas que habían pasado por lo mismo que yo. Todos estábamos en estado de shock pero recuerdo perfectamente la conversación que tuvimos durante el trayecto. La crueldad humana, el sistema mundial y la barbarie terrorista. ¿Cómo era posible que algo así hubiera sucedido?

Ya en casa, esa noche casi no pude dormir. Estaba nervioso, inquieto y no fue hasta el día siguiente cuando fui realmente consciente de lo que me había librado. La verdad es que me sentí agradecido de haber salido de todo aquello, de poder contarlo y, además, de saber que familiares y amigos estaban bien.

CEXT – El lunes pasado tuviste que volver a trabajar al lado de la zona donde ocurrieron parte de los hechos terroristas del viernes ¿cómo lo viviste?

Emanuel – Con mucha pena y rabia al mismo tiempo. En el metro ya se notaba un ambiente triste. En la calle la sensación no era mucho mejor. Silencio, rostros sin expresión, miedo. También muchísima vigilancia.

Fui a dejar flores al lugar de los hechos y fue muy impactante ver todo lo que la gente también había llevado. Flores, mensajes de apoyo, poemas, fotografías, velas. Es impresionante ver cómo la gente se ha volcado. Todos estamos unidos.

CEXT – Ya han pasado varios días desde los atentados ¿cómo percibes el ambiente en la ciudad y entre tus conocidos?

Emanuel – Sucesos como estos marcan para siempre. Hay miedo y preocupación. La gente está enfadada. Todos nos sentimos heridos y es una herida muy profunda. Sin embargo, hay que seguir adelante, disfrutar de la vida e intentar ser positivo. Hay que salir a las terrazas, a conciertos o a ver partidos de fútbol. Tenemos ganas de reivindicar, de gritar que vivimos en un país en democracia y que no nos van a robar las ganas de vivir en paz.

CEXT – Desde el sábado pasado están sucediéndose varias “falsas alarmas” relacionadas con posibles nuevos atentados, ¿qué opinas de ello?

Emanuel – Por desgracia es algo muy difícil de controlar. La gente tiene miedo, está preocupada y basta con que ocurra cualquier cosa para que enseguida salten las alarmas. Por ponerte un ejemplo, el sábado pasado, un día después de los atentados, alguien lanzaba un petardo justo en el momento en el que un grupo de personas depositaban flores y mensajes en la Place de la République. La policía volvía a desalojar nuevamente la zona y por unos momentos cundió el pánico y la confusión otra vez. Es una pena porque en lugar de normalizar y superar cuanto antes la situación, esas falsas alarmas dan pie a más inseguridad. Hay que ir con cuidado pero también hay que disfrutar de la vida.

CEXT – ¿Crees que estos hechos marcarán un cambio radical en la ciudad?

Emanuel – Todavía está todo muy reciente y han sido unos hechos muy crueles e impactantes con gente muy joven e inocente implicada. Es verdad que hay mucho apoyo. Y es maravilloso sentirte arropado y pensar como la gente se vuelca para ayudar por pequeña que sea esa ayuda. Pero todo sigue estando muy presente y se tardará mucho tiempo en volver a la normalidad. Ahora mismo lo que necesitamos es paz y se empeñan en hacer la guerra con personas inocentes.

 

Sin palabras, con el estómago encogido y desolados ante la violencia sin respuesta ocurrida el pasado viernes 13 de noviembre en París, se atisba una ligera luz dentro del túnel. Una luz que se transforma en las voces del mundo entero gritando “Basta ya”.

Gracias Emanuel por compartir con nosotros tu historia. Una historia llena de dolor, miedo y preocupación pero al mismo tiempo de esperanza, de seguir adelante y de “luchar” por vivir en paz a pesar de las amenazas, el terror que nos quieren infundir y la desconfianza ante la posibilidad de nuevos atentados. Esa esperanza es la luz que empieza a entrar al final del túnel.

Una entrevista de @LorenaMarGut para CEXT

 

Imagen: Homenaje a las víctimas de los atentados en Place de la Républicque, cedida por farodevigo.es

 

Una entrevista de Lorena Martín para CEXT

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