Experiencias

Bruselas (Bélgica)

Clara Dapena: “Bruselas tiene parte de mi corazón para siempre”

06/08/2019

Lo que empezó como un Erasmus de 6 meses, terminó convirtiéndose en un Erasmus doble, donde Clara pasó el primer cuatrimestre entre estudiantes y apuntes de la universidad en la carrera de Comunicación Audiovisual, y el segundo como becaria en el departamento de marketing rodeada de gente de varias nacionalidades en una start up de Travel Retail, aplicando en su primer trabajo todo lo aprendido tras su experiencia internacional. Su aventura terminó a la vez que el curso escolar, así que ahora es momento de disfrutar del verano y pensar en cuál es el plan ahora que ya se ha graduado y ha vuelto a Madrid.

 

CEXT- ¿Te gustó trabajar en Bruselas? ¿Crees que es muy distinto de cómo se trabaja en España?

Clara- No cuento con previa experiencia en este sector y, por ende, en ninguna oficina similar, por lo que cualquier comparación sería incoherente. 

Aún así, basándome en la concepción e idea que tengo gracias a amigos y conocidos míos que sí trabajan en España, me parece que, para ser una empresa tan nueva y pequeña (en la que yo trabajaba en Bruselas), era bastante moderna: tanto la oficina en sí, como los servicios con los que contábamos y la manera en que se trataba de llevar la empresa y a los trabajadores. 

 

CEXT- ¿Qué es lo que más echas de menos de Bélgica?

Clara- Echo de menos vivir en el centro y aún así tener todo tan a mano. Bélgica es un país muy pequeño, al igual que su capital, así, podía ir andando a todos sitios.

A pesar de ser tan pequeña, encontrabas todo lo que quisieses: siempre había eventos y cosas que hacer.

Por mostrar la otra cara de la moneda, me parecía muy frustrante lo pronto que cerraba todo. Si trabajabas hasta las 5 o 6 de la tarde, ya poco podías hacer aparte de ir al supermercado (y tampoco por mucho tiempo). Había que apañarse con los sábados por la mañana para hacer cualquier recado pendiente o poder comprar unos calcetines. 

 

CEXT- ¿Te gustaría volver? 

Clara- Me encantaría volver. Ha sido un año maravilloso y Bruselas tiene parte de mi corazón para siempre. Es una ciudad a la que tengo muchísimo cariño y en la que he hecho grandes amigos, por lo que lo repetiría una y otra vez.

 

CEXT- ¿Te costó integrarte de nuevo después de pasar todo un año fuera?

Clara- Al haber vuelto en verano, aún no he tenido demasiado tiempo para comprobarlo, ni he empezado mi rutina. Pero sí que vuelves cambiado y te habituas a muchas cosas que luego es difícil obviar.  

 

CEXT- ¿Qué le dirías a todos los que quieren irse fuera pero no lo han hecho aún?

Clara- Les diría que no lo duden. Bruselas fue la única opción que tenía para irme, no me convencía mucho y podría haberme echado atrás, y no puedo estar más feliz de no haberlo hecho. Vayas donde vayas, vas a salir de tu zona de confort; vas a abrir tu mente, para siempre (aunque parezca típico); y conocerás a gente que, incluso a distancia, se quedará contigo para siempre.

 

CEXT- ¿Repetirias la experiencia de vivir fuera de España?

Sin duda. Me he quedado con ganas de más y si no fuese por ciertas cosas que me atan a Madrid, me iría de nuevo pronto, sin dudarlo

 

CEXT- Y a los que se van a Bélgica, ¿algún consejo que te habría gustado que te dieran a ti antes de ir?

Clara- Yo viví en una residencia, y personalmente lo recomiendo. Hace muy fácil conocer a gente y vives con todos ellos 24 horas, 7 días a la semana por lo que os hacéis súper cercanos con mucha rapidez y facilidad. 

Si, por su parte, prefieres un sitio más tranquilo o sabes que definitivamente quieres piso, puedes barajar la opción de ir a un Kot. Es muy común en Bélgica, y es algo así como un edificio con cocinas compartidas a los que van muchos estudiantes belgas también. El problema es que suelen marchar a sus casas los fines de semana. 

Además, si has oído antes que los belgas son algo secos o poco abiertos, no te preocupes demasiado. Si tienes la suerte de conocer a locales en tu universidad, trabajo, o donde sea.  Notarás que gran parte de ellos ni siquiera son “puramente belgas”. 

De mi grupo de cinco amigas de la universidad, tres de ellas eran belgas-turca, ruandesa y marroquí. Bruselas es muy, muy multicultural, y se nota, por lo que catalogarlos resultaría bastante simplificador. 

Por terminar, no tengas expectativa alguna del Manneken Pis; evita Fritland, en su lugar ve a Tabora, y lleva monedas de un euro sueltas para lavadoras y fotos en Delirium.



Una entrevista de Claudia Lahuerta para CEXT

 

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