Las chirigotas, dice, las lleva por dentro y el disfraz es su mejor atuendo siempre que las condiciones lo permiten. Alejandro Fernández Rojas estudió Turismo y decidió probar suerte en París, donde empezó trabajando para Disney. Tras 3 años desde aquel día, nos cuenta los detalles de su experiencia en la ciudad del amor y lo bohemio. Alejandro ha llevado una gran parte de Cádiz a Francia.

CEXT- ¿A qué querías dedicarte cuando empezaste a estudiar?

Alejandro- Quería dedicarme al turismo, que hay mucho trabajo por Cádiz de guía turístico o en un hotel. Yo quería ser representante, viajar, que te manden de un sitio para otro. Ahora no sé por donde tirar. Con tal de ir para España… Ya tengo una edad y busco acercarme un poco a la tierra. A lo mejor me ofrecen algo muy bueno en algún país, pero quizás no quiera estar en ese país. Antes de navidad estuve hablando con una amiga mía que está en Uruguay. Ella me ha dicho que me vaya para allá, que hay muchas posibilidades de hacer cosas, de estudiar, de acceder a grandes empresas, de ascender… Pero claro, ¿Qué hago yo en Uruguay? Lo he pensado pero… No mola mucho estar lejos y dejar aquí a la familia y a los amigos. No sé si buscar algo más cutre en Cádiz, o en Madrid, o fuera… es que creo que cuanto más cerca está uno de casa, peores condiciones puede tener.

CEXT- ¿Por qué te fuiste a Francia?

Alejandro- Curiosamente hicieron las entrevistas de reclutamiento de Disney en el Puerto de Santa María, en el verano de 2010. Pusieron el stand justo enfrente del hotel en el que trabajaba. Y no sé, en el hotel estaba trabajando con un contrato temporal. Me llamaban casi siempre en verano, semana santa, para sustituir a la gente en temporada alta. Y como que me cambió el chip. Dije, me voy fuera, tengo mejores condiciones, y cuando vuelva tengo más estabilidad. Me fui en octubre y pretendía volver antes de Navidad. Esa vez me quedé 10 meses. Pensándolo bien, debería haber aguantado un poco más. Pero bueno, no me arrepiento.

CEXT- ¿Cómo buscaste trabajo la segunda vez?

Alejandro- Eché un curriculum en un colegio de Francia como jefe de estudios. Me respondieron a los 5 minutos y dije, “¡esta es mi oportunidad!”.  Me dijeron que no me ilusionara que iba sólo a hacer una entrevista. Y nada, me cogieron. Era jornada partida de 20 horas con 600€. Eso no me llegaba para vivir, así que vi algunos hoteles, pero se me pasaban las horas. Tuve que elegir entre trabajar en un hotel de noche o el colegio y al final escogí el hotel.  La noche era muy chunga. No me fiaba. Tenía que estar solo. Yo estaba acostumbrado a hablar con gente, estar en Disney, con los niños… pero me adapté bien. Tenía buenas condiciones.

CEXT-¿Qué es más difícil, tomar la decisión de marcharse o el proceso de adaptación?

Alejandro- Es una obligación, lo de irse. Bueno, sobretodo la segunda vez. La primera fue un poco experiencia propia. Estaba trabajando en unas condiciones muy malas, como que notaba que todo el mundo se estaba yendo fuera.  Tenía ganas de trabajar en Disney, la verdad, me llamaba la atención. Después es otra cosa, pero bueno. La primera vez me costó un poco más adaptarme pero no me costó mucho.

CEXT- ¿Hay un consejo universal para todos los que como tú se van fuera?

Alejandro- Al que ya está fuera, que no eche muchas raíces en donde esté y cambie de país y de empresa. Porque hay trabajo. No es lo mismo un CV de alguien que ha trabajado seis, siete, ocho, nueve años en una misma empresa, que un CV de alguien que ha estado un año y medio en Italia, uno en Inglaterra, ¿sabes? Que vaya cambiando.

Al que esté planteándose irse le diría que elija bien el destino. Al principio tendrá que quedarse en casa de alguien y será duro. Que escoja un destino que le guste. No es lo mismo irse a Inglaterra, que puede que no conozcas a nadie que esté allí y que te eche un cable, que no conoces muy bien el idioma… A mi me habría gustado irme a Inglaterra, pero el no conocer a nadie fue un poco lo que me echó para atrás.

Una entrevista de Lucía Campo para CEXT