Experiencias

En todas partes (En todas partes)

“En Alemania las empresas apoyan más a los jóvenes y la figura del becario está más protegida»

06/02/2015

República Checa, Francia, Alemania… A sus 29 años, Inés Díaz ha vivido en tres países extranjeros distintos. Desde octubre del año 2013 reside en Berlín. Allí encontró un trabajo en una empresa de viajes y transporte. Hoy, desde la capital germana, esta gallega nacida en A Coruña nos cuenta toda su experiencia.

CEXT – Tenemos entendido que has viajado por varias ciudades europeas ¿Qué tal ha sido tu experiencia después?

Inés – Cada experiencia ha sido diferente, ya que la primera vez que salí a vivir fuera fue para hacer una beca Erasmus en Praga, y el estilo de vida que tenía como estudiante no era para nada como el que tuve años después, cuando me fui a trabajar a Francia. Durante mi Erasmus tenía mucho más tiempo libre para viajar, conocer gente o descubrir la ciudad. Al volver a España, tuve claro que quería repetir la experiencia.

CEXT – ¿Qué te han aportado tus viajes?

Inés – ¡Muchísimo! Básicamente era una persona totalmente diferente antes de haber estado fuera. Estar lejos de casa te espabila, y no hay nada más satisfactorio que valerse por una misma, sobre todo ¡en otro idioma! Conocer a gente de distintos países también me ha enriquecido enormemente. Ganas cultura y te vuelves más tolerante y comprensiva. Es fácil juzgar cuando no has salido de tu país y los extranjeros son algo lejano, pero cuando vives en otro lugar, aprendes mucho sobre otras costumbres y estilos de vida que pueden aportar mucho a la tuya.

CEXT – Debido a tu conocimiento y experiencia, qué valoración ofreces sobre las posibilidades laborales en los países europeos.

Inés – La verdad es que las cosas están mucho mejor que en España, es mucho más fácil encontrar un trabajo “para ir tirando” y, con un poco más de esfuerzo, algo más a largo plazo. Las empresas en Alemania, por ejemplo, apoyan más a los jóvenes, y el Gobierno hace esfuerzos por que no se abuse de la figura del becario. Además, por lo que he visto, en los países en los que he estado, si trabajas bien, es fácil ir ascendiendo dentro de tu empresa. Eso sí, hay que venir con algo de preparación, sobre todo en el idioma, que será crucial para conseguir un trabajo mejor o peor.

CEXT – ¿Es muy difícil la integración y adaptación?

Inés – Para mí no lo ha sido porque estoy acostumbrada a moverme, y además tuve la suerte de tener amigos viviendo aquí que me ayudaron mucho al principio. Pero aunque no se conozca a nadie, hoy en día se puede recurrir a las redes sociales para encontrar grupos de españoles en casi cualquier ciudad europea, en los que los participantes se consultan dudas y se echan una mano, y también organizan quedadas. En mi caso, siempre he tirado más por hacer migas con gente local o de otros países europeos, más que nada por practicar el idioma, pero entiendo que haya gente que echa mucho de menos su país y le viene bien estar entre compatriotas.

CEXT -¿Cuán complicado es el idioma alemán? ¿En cuántos meses se puede dominar?

Inés – ¡Es muy complicado! Pero no imposible. Yo no soy el mejor ejemplo ya que llevo aquí más de un año y no lo he aprendido. Me puse a trabajar en inglés y español a jornada completa desde que llegué y no he tenido mucho tiempo de ponerme a estudiar en serio. Además, en Berlín casi todo el mundo habla inglés perfectamente. Pero en general, la gente suele pasarse los primeros meses estudiando el idioma o combinando las clases con algún trabajo que requiera menos horas. El gobierno ofrece cursos gratuitos de integración para recién llegados, y una vez que alcanzas un poco de nivel, puedes continuar estudiando en una escuela de idiomas pública muy barata. Hay una por barrio.
6- ¿Cuáles serían los principales consejos que darías a un joven español antes de emigrar?

Inés – Más que nada ¡informarse de todo! Así se evitan sorpresas desagradables. Hoy en día hay multitud de recursos online, tanto de la Unión Europea como de otras organizaciones, pasando por foros o páginas en redes sociales, donde se puede encontrar la información necesaria para establecerse en otro país (papeleos, cómo buscar piso, seguro médico, etc.). Recomiendo también mejorar por lo menos el nivel de inglés, ya que será fundamental donde quiera que se vaya, y ayuda mucho a la hora de conseguir un buen trabajo.  Por último, a pesar de que al principio haya días muy duros en los que todo parezca muy difícil y se eche mucho de menos el hogar, en general los días buenos lo compensan, y desde luego la experiencia merece la pena.

7- ¿Qué no podría faltar en la maleta de un emigrante? ¿Por qué?
Inés – La humildad. Conozco a mucha gente que se ha ido a trabajar a alguna capital o ciudad más grande y ha vuelto a casa mirando a los que se han quedado por encima del hombro. También otros que llegan al país nuevo creyéndose con derecho a todo y aspirando a tener exactamente el mismo estilo de vida que en España. Hay que ir (¡y volver!) siempre con mentalidad abierta y disposición de aprender, y sobre todo tener paciencia, ya que emigrar al fin y al cabo es empezar de nuevo en otro lugar. Si la gente se toma esto como la oportunidad que es en lugar de con miedo, la experiencia es maravillosa.

En la fotografía: Inés Díaz en las calles de Berlín.

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