Carlota tiene tan sólo 22 años, pero ha pasado cada uno de los tres últimos en un continente diverso. Esta joven bióloga ha hecho de su amor por la naturaleza su guía vital para poner rumbo a nuevos horizontes que sacien su sed de mundo. Un mundo que considera demasiado grande y estimulante como para permanecer siempre en el mismo lugar. Desde Balí, donde reside actualmente, responde con entusiasmo a CEXT.

CEXT- En los últimos dos años has cambiado Madrid por Argentina, Canarias y ahora Balí. ¿A qué se debe ese deseo, casi necesidad, que tienes de estar constantemente en movimiento?

Carlota- Todo comenzó hace dos años cuando probé a pedirme una beca para seguir con mis estudios de Biología durante 6 meses en América Latina. Siendo sincera, ni por asomo pensaba que fueran a concedérmela, ya que había muy pocas plazas para muchos estudiantes. Pero entonces comenzó mi gran golpe de suerte. Pasé de estar en lista de espera a,  cinco meses más tarde, encontrarme en una sala de espera del aeropuerto para tomar un vuelo hacia Argentina. A partir de entonces el deseo y, como bien dices, la necesidad de viajar y explorar nuevos lugares no ha parado y cada vez me impulsa a ir más lejos. Este último curso he tenido la oportunidad de vivirlo en Tenerife, donde he conocido gente maravillosa, aprendido mucho y, sobre todo, me he conocido más a mí misma. El deseo de viajar para mí se basa en un profundo aprendizaje resultante de cada experiencia, que me permite estar en continuo cambio, gracias a los paisajes y a las personas con las que me voy cruzando.

CEXT- Ahora mismo estás trabajando en un velero de madera en una bahía al noroeste de Balí estudiando la ballena azul.  ¿Cómo conseguiste este trabajo? ¿Qué es lo más duro y lo más gratificante del mismo?

Carlota- Fue en Tenerife, donde gracias a un gran amigo y compañero me inicié en el descubrimiento del mundo marino y, poco a poco, manteniendo siempre una búsqueda de futuros proyectos se me fueron abriendo las puertas hacia el sudeste asiático, donde resido actualmente. Ahora que estoy aquí, puedo decir que, sin duda, lo más duro es expresarme en inglés. Me gusta hablar, y mantener una conversación decente y medianamente extensa me resulta muy complicado. Además cuando acabas la universidad y, por fin, te inicias en la vida real,  adquieres consciencia de que las cosas van mucho más rápido y el trabajo hay que hacerlo siempre bien y a tiempo. Sin embargo, el hecho de estar colaborando en la observación de la naturaleza, en un paraíso natural y con un equipo de personas fantásticas, compensa cualquier cosa.

CEXT- ¿Qué es lo que más echas de menos de España?

Carlota- He viajado a distintos sitios y no siempre acompañada. Pero esta es la primera vez que me voy tan lejos y sola. Los españoles tenemos una cultura bastante especial respecto a las relaciones y echo mucho de menos el calor y los achuchones que me hacen sentir en casa.

CEXT- Una famosa canción afirma ‘yo no hice el viaje, el viaje me hizo a mí’ ¿Cuáles son las principales experiencias que te han aportado estos años y el contacto con otras culturas fuera de casa?

Carlota- Conocer culturas tan distintas a la mía sobre todo me ha vuelto más humilde y me ha permitido tomar conciencia de lo grande que es el mundo en el que vivimos, de lo importante que es estar todos juntos. Estando lejos de casa, me di cuenta de lo ciega que he estado durante años y de las repercusiones que tienen nuestros burgueses modos de vida. Fue como si me echaran un jarro de agua fría a la cara.  De repente comprendí  que somos cómplices de aquello que estamos luchando por cambiar.

CEXT- ¿Cuánto tiempo tienes previsto quedarte en el país Indonesio? Después de todas tus experiencias en el extranjero, ¿te ves residiendo en un lugar fijo durante un período largo de tiempo?

Carlota- Cuando por fin me seleccionaron para colaborar en este hermoso proyecto lo primero que decidí es que me venía sin billete de vuelta. Siempre que he comenzado una aventura he estado atada a un fin establecido desde un principio. Por eso ahora no quiero ponerle un fin a esto: quizás dos meses, quizás dos años o quizás… nunca. Quién sabe. Sin embargo, y aunque sea a miles de kilómetros de España, sí que me veo residiendo en un mismo sitio durante un período largo. En realidad soy bastante casera y en un futuro me gustaría quedarme en algún lugar, lejos de Madrid, donde pudiera vivir en consonancia con mis ideales, reuniendo todo aquello que voy aprendiendo en cada viaje.

Una entrevista de María de Castro para CEXT.