El viernes 4 de mayo daba comienzo la 31ª edición de la Vuelta Ciclista a la Comunidad de Madrid. Una competición que lleva 12 años siendo una carrera profesional que consta de tres etapas de un total de 430 km. La última de ellas, se celebró el pasado domingo poniendo punto y  a este evento que ha coincidido en fecha con el Giro de Italia.

La primera etapa son 175 kilómetros, un recorrido que inicia y termina en Manzanares El Real aunque el último puerto, que se desarrolla en Cotos, no es excesivamente duro y está a más de treinta kilómetros de la meta. La segunda etapa, con salida en Alcobendas y llegada en la vecina San Sebastián de los Reyes, fue más corta, sólo 134,5 kilómetros frente a los 75 del día anterior, un recorrido rompepiernas con tres altos de montaña: El Espartal, La Trampa y Uceda.  La ronda madrileña acabará en la capital, con 19 vueltas al circuito de algo más de cinco kilómetros. Será en el Paseo de la Castellana, el mismo escenario que hace un año. El atractivo de esta última prueba es que permite a los ciclistas estar más cerca de los espectadores y viceversa.

Carlos Barbero (Movistar Team) se ha llevado el triunfo en la tercera y última etapa de la Vuelta a Madrid (2.1, España), mientras que Edgar Pinto (Vito-Feirense) ha logrado el triunfo final gracias  a la victoria de la primera etapa y en cabecera en la segunda y tercera.

“Es un privilegio correr por las calles de tu ciudad y por tu región”, contaba Gonzalo Serrano, madrileño de Malasaña que compite por el Caja Rural. En el evento también contó con la presencia de otros ciclistas como Nairo Quintana, Alejandro Valverde o Mikel Landa. Álvaro Ballarín, viceconsejero de Turismo, Cultura y Deporte de la Comunidad de Madrid, mostró su entusiasmo con el desarrollo de la misma.

Un evento deportivo particular de la capital que se ha convertido en un evento que fomenta el ciclismo en su intento por acercarse a los espectadores.

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