Suele pasar cuando intentamos fardar de cine propio que los que no han nacido entre los Pirineos y Gibraltar se quedan muy fríos al ver nuestras comedias. Mientras nosotros reímos tan a gusto, miramos con el rabillo del ojo al resto del sofá para darnos cuenta de que las sonrisas del resto están congeladas, complacientes, forzadas. La tensión se masca y poco a poco nos damos cuenta de que, efectivamente, los extranjeros no entenderían 8 apellidos vascos. Por ello desde CEXT os proponemos tres películas cuya comprensión no requiere aprobar un examen de “españolidad”, ni saber de tópicos.

1. El crimen ferpecto  (2004, Dir.: Alex de la Iglesia): Una comedia kafkiana en la que además de un buen argumento, hay aseguradas risas en cualquier idioma. Aquí tenemos a Willy Toledo junto a Mónica Cervera protagonizado una historia caótica en el mundo del comercio sobre romance, reflexión y crimen. Si la película obtuvo una recaudación de más del doble en su estreno en el extranjero que en España, por algo será.
2. Celda 211 (2011, Dir.: Daniel Monzón): Un drama más serio que nos lleva a un ritmo frenético por una historia redonda de principio a fin que no debería decepcionar. En el mundo de las cárceles, tan “chanchullero” y prestado a las buenas historias, se desarrolla el suspense que protagonizan Luis Tosar y Alberto Ammann. Ojo, que este último es medio argentino, lo cual siempre le da punto entre sus compatriotas.
3. El verdugo (1963, Dir.: Luis Berlanga): Para aquellos que prefieran el cine de culto sin tener que soportar experimentos incomprensibles, una película interesante, profunda y ligera a la vez. Nino Manfredi y José Isbert la protagonizan bailando peligrosamente con la censura franquista en una reflexión sobre la vida, su final y algún que otro chiste negro que nunca sobra.

Un artículo de Isidro Ruiz para CEXT