El pasado lunes 23, tal y como es habitual en este día tan señalado, se hizo entrega del Premio Cervantes 2017 al autor y ex vicepresidente nicaragüense de 75 años,  Sergio Ramírez, siendo esta la primera vez que este premio viaja hasta Nicaragua y más concretamente Centroamérica.

Un año más, el Paraninfo de la Universidad Alcalá de Henares acogió este acto en el que estuvieron presentes los reyes, Felipe VI y Letizia; el presidente del gobierno, Mariano Rajoy; y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes.

El galardón de las letras en español que concede el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, fue recogido por Ramírez, quien demostró durante la ceremonia una vez más su lado más comprometido con lo social y crítico con el estado de su país. Su compromiso se vio reflejado en su discurso tras recibir el Premio Cervantes de manos del Rey Felipe VI, que dedico a la memoria de los nicaragüenses que en los últimos días habían perdido su vida en las calles por reclamar justicia y democracia, “…y a los miles de jóvenes que siguen luchando, sin más armas que sus ideales, porque Nicaragua vuelva a ser República».

Además de su compromiso social hubo un claro homenaje en sus palabras a Rubén Darío y Cervantes quienes sin duda han sido claramente herencia de su literatura. Rubén como fundador de una nación latinoamericana con sus palabras y, Cervantes como el autor capaz de crear un personaje de ficción que a su vez crea y deshace su propia ficción. Sin duda, reconoce y admita cómo han influido en su literatura pero también como Cervantes influyó a Darío y nunca le abandonó: “Horas de pesadumbre y de tristeza /paso en mi soledad. Pero Cervantes /es buen amigo. Endulza mis instantes /ásperos, y reposa mi cabeza…”

Sergio Ramírez expuso en su discurso un gran compromiso con la lengua que durante años ha nutrido su escritura pero, también con su mujer, Titulita quien “inventó las horas para escribirla; así como, mejor novelista que yo, ha inventado mi vida”

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