«It’s so depressing», cuenta una turista británica al poco de comenzar su visita a la exposición. No se le puede culpar. Era difícil imaginar de antemano que una iglesia monumental como la Nieuwe Kerk, situada en la céntrica plaza Dam, pudiera ser el lugar de exhibición de instantáneas como la de un infectado por ébola delirando en sus últimos estertores o el de una persona tiroteada durante las revueltas en Ucrania.

Pero Ámsterdam guarda estas sorpresas. La misma iglesia que hace un par de años sirvió como escenario de la proclamación del rey Guillermo como “monarca de los Países Bajos y el Caribe” acoge ahora y hasta el 5 de julio la World Press Photo. En total 148 fotografías –seleccionadas de entre casi 100.000- que han sido galardonadas por su calidad y su acierto a la hora de explicar los sucesos que fueron noticia durante el pasado año.

Cerca y lejos

Algunos de los temas fotografiados, a pesar de la proximidad temporal, ya se están quedando lejos en la memoria periodística, como el bombardeo sobre la franja de Gaza o el asedio sobre algunas ciudades sirias. Otros temas son incluso menos espectaculares, como la discriminación que viven los homosexuales en Rusia, lo cual no ha evitado que la instantánea ganadora de este año, realizada por el danés Mads Nissen, haya retratado precisamente esta problemática.

Lamentablemente, no hay ningún fotoperiodista español entre los seleccionados y la única representación de nuestro país aparece en forma de escenario en la fotografía titulada ‘Bosa, Bosa, Bosa!’ tomada en Melilla por Gianfranco Tripodo.

Momentos tensos

Tripodo, que tiene su base de operaciones en Madrid, nos cuenta en primera persona que eligió Melilla porque le parecía “un símbolo perfecto para enseñar las situaciones que viven los migrantes que intentan llegar a Europa, y donde las políticas de la Unión en tema de migración se hacen terriblemente visibles”.

En concreto, prosigue, “la fotografía fue tomada después de un ‘salto’ [a la valla] protagonizado por 40 personas de origen subsahariano, en el tramo de frontera del Barrio Chino”. De todas ellas, “solo una veintena consiguió cruzar el recinto fronterizo y, después de varios forcejeos con los cuerpos de seguridad del Estado, la mayoría consiguió dispersarse en los campos aledaños a la frontera”.

Gracias a sus declaraciones, podemos saber que “un par de ellos se escondieron debajo de este coche estacionado, por temor a ser deportados en Marruecos. Allí es cuando tomé esta fotografía. Fue un momento bastante tenso.”

Este es solo un ejemplo de todos los que se pueden encontrar expuestos, entre vidrieras y retablos de santos, en el templo Nieuwe Kerk. Como demuestra Tripodo, cada una de las fotografías cuenta una historia que va más allá de la instantánea. Una historia, como decía la turista británica, deprimente. Pero una historia que necesita ser contada si de verdad queremos que sea solucionada.

 @NachoUrquijo

Fotografía de portada cortesía de World Press Photo. Para ver el resto de los galardonados:
http://www.worldpressphoto.org/awards/2015

Un artículo de Ignacio Urquijo para CEXT