El galeón San José, barco insignia de la Armada española del siglo XVIII, zarpó de Cartagena de Indias hacia Portobelo en 1708. Una vez en Portobelo, situado en el antiguo virreinato de Perú y la actual Panamá, el galeón recogió allí una cantidad de 11 millones de monedas de oro. Pero los corsarios ingleses seguían de cerca la ruta del galeón con la intención, por supuesto, de hacerse con uno de los mayores tesoros conocidos. Los españoles fueron alcanzados. Sin embargo la operación no salió como se esperaba, y el galeón sufrió una explosión que terminó por hundirle en el mar.

Hasta el día de hoy no se conocía el paradero de dicho tesoro, que ha sido encontrado el pasado 27 de noviembre cerca de las costas de la actual Colombia. Fue la empresa estadounidense Sea Search Armada quien quiso comenzar su búsqueda en los años ochenta después de dar con cierta información sobre el lugar del naufragio. Intentó pactar con el Gobierno colombiano un 50% del tesoro para poder buscar en su territorio, pero este sólo accedió a cederles un 5% y se enzarzaron en un proceso judicial largo y tedioso que curiosamente culminó en 2011, con la aprobación por parte del Congreso colombiano de una ley para «proteger, visibilizar y recuperar el Patrimonio Cultural Sumergido», por la que forman parte del Patrimonio Cultural colombiano “las especies naufragadas constituidas por las naves o artefactos navales y su dotación, restos o partes, dotaciones o elementos yacentes dentro de estas, cualquiera que sea su naturaleza o estado, y cualquiera que sea la causa de la inmersión, hundimiento, naufragio o echazón”. El presidente colombiano Santos afirma que “el hallazgo es patrimonio de todos los colombianos y protegerlo debe ser un propósito nacional”, reclamando así dicho hallazgo para sí.

Ante las informaciones poco transparentes sobre al asunto, el Gobierno de España ha anunciado que solicitará al Gobierno de Colombia más información antes de decidir sus actuaciones para la defensa de su patrimonio sumergido.

Por su parte, el cártel cazatesoros de Florida también ha estado merodeando alrededor del galeón, respaldados por empresas de investigación marítima y amparándose en una supuesta  inmunidad soberana de los buques de guerra.

Ahora, después de uno de los descubrimientos bajo el mar más importantes de los últimos años, que poco tiene que envidiar a las conocidas historias de piratas, sólo queda determinar quién se quedará con el tesoro, ya que son muchos quienes lo reclaman, y quizá todos con su parte de razón.

Una información de @BelenArgaya