Cultura

BRUSELAS (Bélgica)

El choque cultural o cómo nos adaptamos a un país diferente

29/01/2015

¿Has emigrado a otro país y las ganas de tomarte unas cañas en el bar de tu barrio de siempre se están convirtiendo en una obsesión? ¿Eres consciente de que estas idealizando tu pueblo aunque sabes que cuando vivías allí no dejabas de quejarte de aburrimiento? No te preocupes: Cuando una persona decide irse a vivir fuera por un largo periodo de tiempo pasa por un proceso psicológico conocido como choque cultural.

Este concepto no es nuevo, de hecho, nació hace más de 50 años:  Fue en 1960 cuando el psicólogo Kalervo Overg lo usó para describir los sentimientos de confusión que una persona puede tener después de dejar una cultura que le es familiar para vivir en una diferente.

Aunque no todas las personas lo experimentamos de la misma manera, el choque cultural se da en varias fases que empiezan en el momento en el que llegas a tu nuevo país de acogida. El proceso de adaptación suele comenzar con una etapa de ilusión y excitación ante el nuevo panorama que, sin embargo, no durará mucho tiempo: Es la fase denominada ‘luna de miel’ y a ella le sigue la parte más dura del proceso de adaptación, la conocida como el choque cultural propiamente dicho. Es decir, la etapa en la que aparecen sentimientos de soledad, ansiedad e insatisfacción ante el nuevo país. En esta fase, puede ocurrir que sintamos impotencia ante la dificultad de tener que comunicarnos en un idioma diferente, o que de repente odiemos la comida, cultura y costumbres del nuevo país y sobre todo, que idealicemos el nuestro.

Aunque parezca mentira, algunos psicólogos como Deborah Swallow, afirman que es muy positivo que esto ocurra, pues significa que estamos atravesando un proceso de adaptación en el que conectamos el nuevo entorno con nuestros valores personales y nuestra cultura, lo que llevara poco a poco a la fase de integración en el nuevo país.

Cuando este proceso de integración ocurre, nos damos cuenta de que la nueva cultura también tiene cosas buenas que ofrecer, y entendemos las diferencias y similitudes entre el nuevo lugar y el país del que venimos. Es decir, es aquí cuando empezamos a sentirnos en casa en un país distinto. Tal es así que, tras pasar un tiempo viviendo en un país extranjero, al volver a tu país de origen es normal que se dé el proceso contrario. Es el conocido como choque cultural inverso, en el que es común que nos hallemos ante el conflicto psicológico de sentirnos extranjeros en nuestro propio país. Sin embargo, a esta etapa le sigue un período de reajuste en el que todo vuelve a la normalidad, y volvemos a sentirnos en casa en el lugar que nos vio crecer. No obstante, hay quien dice que cuando has vivido en el extranjero nunca se vuelve a estar de nuevo en casa porque una parte de ti se queda para siempre en otro lugar. Es el precio a pagar por llamarse ciudadano del mundo.

 

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