Pocos meses después del final de la Guerra Civil española, un Manuel de Falla cansado y con problemas de salud montó con su hermana en uno de los barcos que ya se habían llevado a miles de españoles al otro lado del Atlántico. Venía a Buenos Aires no como un exiliado, sino para ser recibido como un ilustre, para dirigir en el Teatro Colón y para codearse con la élite de la sociedad argentina de los años 40. Tras el ajetreo porteño y pese a que no era su plan inicial morir en Argentina, Falla quedó tan encantado por la calma, la privacidad y la naturaleza de las sierras de la provincia de Córdoba, en pleno corazón del país, que pasaría aquí los últimos siete años de su vida.

Así lo cuenta Ignacio García-Vidal, un director de orquesta y musicólogo alicantino que en este 2015 reivindica, precisamente, los poco conocidos lazos de Falla con Suramérica. Bajo su batuta, una gira de tres conciertos en Montevideo, Buenos Aires y Córdoba celebra el centenario de la composición de “El amor brujo”.

Foto: CCK.

Acompañado por la flamenca malagueña Rocío Bazán y el Ensemble Moviles, el pasado sábado García-Vidal subió a las tablas del Centro Cultural Kirchner (CCK) la noche de pasión y celos de la gitana Candelas, protagonista de la obra más famosa de Falla. El público argentino pudo disfrutar, además, de una versión poco interpretada de esta obra: la primera, de 1915, del total de nueve arreglos que confeccionó Falla durante su vida.

El de Buenos Aires es el segundo de este ciclo de tres recitales de celebración del centenario, que arrancó en Uruguay y que ahora les llevará hasta la Córdoba argentina, para hacer resonar el próximo día 25 los ecos de “El amor brujo” en la tierra que vio morir al maestro gaditano (1876-1946). Con el recital porteño, García-Vidal se convirtió además en el primer español en dirigir en el impresionante CCK, el centro cultural más grande de Suramérica, inaugurado este mismo año.

Foto: CCK.