Las relaciones humanas son una de las necesidades básicas de toda persona y mueven la mayoría de los actos que realizamos. Aun así, existen un sinfín de obstáculos que no permiten que estas se desarrollen de la forma más fluida posible. Nos encontramos con lenguas, percepciones culturales, prejuicios,etc.  Limitaciones que no de por si son negativas; a veces son hasta necesarias.

Cuando uno decide visitar, hacer negocios o trasladarse a otro rincón del mundo, se acostumbra a realizar una pregunta, a veces de forma inconsciente: ¿ De qué forma me voy a relacionar con las personas del nuevo lugar y como voy a ser recibido siendo yo el extranjero?

En los últimos años se han derrumbado barreras fronterizas, lingüísticas, culturales y muchas de las percepciones entre personas de diferentes lugares han convergido en el término difuso al que llamamos globalización. De ella no se ha escapado China, el país con la historia y la cultura más longeva. Desde los conflictos con el Imperio Británico del siglo XlX, China no ha dejado de tener contacto permanente con ideas, costumbres y práticas provenientes de fuera de sus fronteras. Y esto sigue ocurriendo hasta el día de hoy.

 La sociedad china, sobretodo la nueva generación, tiene curiosidad por todo aquello que proviene de fuera y recibe con buenos ojos al extranjero. Si además este intenta comunicarse o decir cuatro palabras en mandarín, la reacción es casi siempre de sorpresa y gratitud.

La inmigración china en España o en otros países occidentales puede parecer a veces poco dispuesta a relacionarse con la población local, motivos los cuáles no vamos a discutir aquí. Pero si es verdad que esto provoca en muchos lo siguiente : que muchos de nosotros pensemos que la realidad proyectada por la población china en el extranjera sea un reflejo de lo que ocurre en su país de origen. Nada más lejos de la verdad, por lo menos en las ciudades más cosmopolitas como Pequín, Shangai, Cantón, Shenzhen o Hong Kong. En ellas, para empezar, no es dificil encontrar jóvenes con dominio del inglés y crecidos alrededor de una influencia occidental que les permite romper con ciertos prejuicios y querer relacionarse con el visitante. Es por ello que el primer contacto entre chinos y extranjeros acostumbra a ser recíprocamente fácil de entablar. Esta primera puerta es quizás la más fácil de abrir en China, a diferencia de otras culturas donde precisamente es la más dificil. A partir de ahí por supuesto aparece una divergencia o ‘’shock cultural’’ ante el cuál los chinos no acostumbran a ser reacios, sino más bien curiosos ( sobre todo para aquellos que no se han relacionado demasiado con extranjeros ) .

La ciudadanía china es abierta y receptiva a la llegada de occidentales, aunque para ellos en ocasiones la influencia estadounidense o el colonialismo británico haya creado una idea de occidente muy homogenea y basada más en la cultura anglosajona que en la latina o germánica. La imagen de España en China es positiva, aunque un poco desconocida por muchos. Como ocurre en muchos otros países, los toros y el fútbol no dejan de ser el elemento principal que a la mayoría de chinos les viene a la cabeza cuando uno se presenta como español.  

China es un país al que no hay que tener miedo en lo que se refiere al trato y recibimiento por parte de la población local. Todo al contrario. Se podría decir que, dada la lejanía y las diferencias que existen, es uno de los lugares donde las relaciones sociales no son un obstáculo para la integración.

Un artículo de Arnau Prieto para CEXT