Un momento...
22/01/2016
El pasado mes de diciembre se cumplían cien años del nacimiento de Édith Giovanna Gassion. Sólo algunos melómanos empedernidos saben que ese es el verdadero nombre de una de las cantantes francesas más célebres del siglo XX. Estamos hablando de Édith Piaf, o la Môme Piaf (la niña gorrión), como fue apodada por Louis Leplée, su descubridor allá por los años 30.
Un icono parisino entre cuyas canciones se encuentran éxitos como “Je ne regrette rien”, “La vie en rose” o “Hymme à l’amour”. Una artista que también destacó como actriz de cine y teatro, llegando a participar en numerosas películas como “La garçonne” o “French cancan”. Pero sobre todo, una mujer con una turbulenta vida que se atrevió a cantar al amor cuando nadie creía en él.
Muchos son los mitos en torno a su nacimiento. Según la leyenda que la propia Piaf alimentó, nació en el número 72 de la calle Belleville, en el barrio 20 de París. En esta misma dirección encontramos a día de hoy, una placa conmemorativa que dice así: “En los peldaños de esta casa nació el 19 de diciembre de 1915 en la más absoluta pobreza, Édith Piaf, cuya voz cambiaría después el mundo”. Sin embargo, si nos remitimos a su acta de nacimiento, fue el Hospital Tenon, ubicado en el mismo barrio, el que la vio nacer.
Muy cerquita de allí, en la confluencia de las calles Belgrand, Capitaine-Ferber y de la Py, se encuentra la plaza Édith Piaf. Un lugar para el recogimiento y el paseo tranquilo de peatones, en donde se alza, desde el año 2003, una estatua de bronce de la cantante.
Su andadura musical comenzó en las calles de París. Pigalle o Ménilmontant son algunos de los escenarios callejeros que escucharon por primera vez su excepcional y rasgada voz. No tardó en ser descubierta por Louis Leplée, en aquel entonces director de Le Gerny’s, uno de los cabarets más elegantes de la época. Después le siguieron otros míticos teatros: Pleyel (252, rue du Faubourg Saint-Honoré), Bobino (14-20, rue de la Gaité) o L’Olympia (28, boulevard des Capucines). Fue en éste último donde su mundialmente conocido recital de canciones, sirvió para salvarle de la ruina. Sin embargo, con ellos también llegó el carrusel de amor, desamor, éxitos y excesos que marcó toda su vida.
El 10 de octubre de 1963 la cantante fallecía en la localidad de Grasse. Sólo tenía 47 años de edad y una corta pero intensa vida a sus espaldas. Según las crónicas del momento, más de 40.000 personas asistieron a su funeral y posterior entierro en el Cementerio Père Lachaise (16, rue du Repos). Allí, en el mismo barrio que la vio nacer, descansa eternamente.
Si te ha picado el gusanillo y quieres seguir conociendo más sobre su inmortal figura, te recomendamos los siguientes planes:
Una información de @LorenaMarGut para CEXT
Imagen: Museo Édith Piaf, cedida por www.parisinfo.com