Argentina tiene desde ahora un motivo más para acordarse de los no pocos emigrantes españoles que ha acogido a lo largo de su historia y que han sido un elemento decisivo en la configuración de su multicultural sociedad. Tras su aprobación en el Congreso a comienzos de este agosto, el 14 de abril ha pasado a ser a ser el Día Nacional del Exiliado Español en los calendarios argentinos, en homenaje a todos los “gallegos” que llegaron a estas tierras tras la Guerra Civil.

El proyecto fue presentado por Jorge Rivas un diputado del partido de Cristina Fernández de Kirchner (el Frente para la Victoria), hijo de españoles. Desde su silla de ruedas y ayudado por un software que le ayuda a comunicarse porque un golpe durante un asalto le dejó tetrapléjico en 2007, Rivas vio su iniciativa aprobada por 200 votos a favor y 2 en contra.

“Francia primero, y después México y Argentina fueron los países que más exiliados españoles albergaron. En el caso de nuestro país, los primeros 147 exiliados españoles llegaron ya en noviembre de ese año 39″, explicó Rivas durante la exposición de su proyecto en el Parlamento.

El diputado destaca que en los años que siguieron a la Guerra Civil, por Argentina pasaron figuras como el poeta Rafael Alberti, el dramaturgo Alejandro Casona o el historiador Claudio Sánchez Albornoz, que contribuyeron con sus aportes a la cultura argentina.

Pero más allá de los nombres célebres, los exiliados de esa época se sumaron a los cientos españoles que ya habían desembarcado en Argentina desde finales del siglo XIX, integrados dentro de una sociedad que recibió a los recién llegados con solidaridad.
Foto: Federación de Asociaciones Gallegas de la República Argentina