Según la “Encuesta latinoamericana de hábitos y prácticas culturales 2013” elaborada por el Observatorio Iberoamericano de la Cultura (OEI) un 57% de latinoamericanos considera que en los últimos diez años han aumentado las posibilidades de acceder a la cultura. En cuanto al futuro se muestran muy optimistas ya que la mayoría espera que en los próximos años aumentará aún más el acceso a las industrias culturales.

Sin embargo, un 36% afirma que se ha avanzado poco con respecto al tratamiento de la cultura de los pueblos originarios. Estas percepciones cambian según sea el nivel de estudio y el estrato socioeconómico. Por lo general, son las personas con estudios superiores y una calidad de vida alta las que estiman que ha progresado el acceso a la cultura.

En Brasil, Argentina, Ecuador y Uruguay, las percepciones de progreso cultural en los últimos años destaca por el encima del resto de países. Especialmente en el caso de Ecuador donde un importante porcentaje de sus ciudadanos creen que ha habido un progreso significativo en el tratamiento de su identidad cultural originaria. De cualquier modo, existen marcadas diferencias según sea el nivel económico y educativo de sus ciudadanos. A menos educación e ingresos, menor valoración y expectativas en torno a la cultura.

En cuanto al uso de las nuevas tecnologías un 44% afirma haber utilizado el correo e Internet al menos en alguna ocasión. Un 21% se conecta diariamente, mientras que el 18% lo hace de manera ocasional.

Según Latinobarómetro 2013, escuchar la radio y ver la programación televisiva siguen siendo las prácticas más extendidas en la región. El número de horas que se dedican a ella están en correlación con las empleadas en Europa.

Continúa en la cima de los bienes culturales menos recurridos los conciertos, el cine y el teatro. En el otro extremo se sitúa, la lectura, la música y el vídeo actividades que suelen realizar, con mucha frecuencia, un elevado porcentaje de la población. En estas prácticas las diferencias socioeconómicas y educativas tienen mucha influencia.

Como reconoce Álvaro Marchesi Ullastres, secretario general de la OEI,  se hace necesario “lograr formas de acceso más democráticas a la cultura que respalden la participación activa de la ciudadanía”.