Lisboa está de moda. Todas las semanas llegan decenas de españoles a vivir en la capital lusa, las cifras del turismo se miden en millones y la ley de la oferta y la demanda hace de encontrar cuarto, no ya casa, prácticamente imposible. ¿A qué se debe esta tendencia? ¿Es tan difícil encontrar casa como parece?

Son muchos los que cometen el error de buscar casa antes de mudarse a la capital lusa a través de una página web, ya sea mediante agencia o particulares. Hay un factor a tener en cuenta en Lisboa: muchísimas viviendas son antiguas y se encuentran en mal estado, y las fotografías no hacen justicia a lo que uno puede encontrar. Por descontado, hay que ignorar cualquier anuncio sin imágenes; si no las tiene, por algo será… Aclara siempre si el piso está amueblado, ya que la mayoría no lo están.

Así pues, es conveniente venirse unos días antes a patearse la ciudad y reunirse con los propietarios para ver las viviendas in situ. Es además una forma de saber qué barrio nos conviene por transporte público disponible, comercios y vida vecinal. Lisboa se trata de una ciudad muy segura, por lo que es mejor decidirse por factores como la accesibilidad y la adecuación de la zona según los intereses de cada cual (¿hay supermercado? ¿gimnasio? ¿parques para niños o zonas donde sacar al perro?). Como el transporte público dentro del núcleo de la ciudad es barato, sobre unos 37€ al mes, basta comprobar que haya metro, tren, bus o tranvía a mano.

Lo ideal es comenzar en el centro para conocer la auténtica Lisboa histórica, aunque sea de forma temporal. Esto debería ser relativamente fácil, ya que todo el centro histórico ha visto mermada su oferta inmobiliaria a cambio de numerosos apartamentos y alquileres turísticos y/o a corto plazo. Con la gentrificación de barrios como Baixa, Alfama, Bairro Alto o Mouraria, muchas viviendas se han transformado en apartamentos turísticos y hostales. Este fenómeno, que afecta a ciudades como Madrid y Barcelona, está causando la movilización de vecinos y partidos políticos para encontrar soluciones intermedias.

Dado lo difícil de encontrar casa en Lisboa por la subida de los precios en los últimos años y el descenso de la oferta, otra opción es expandir la búsqueda a la periferia, ya sean las afueras de la ciudad o ciudades dormitorio como Almada, al otro lado del río, o tierra adentro, donde también hay cercanías que comunican con el centro. Aunque el tiempo de desplazamiento sea mayor (y el precio del transporte también), resulta más fácil encontrar viviendas en buenas condiciones por precios más asequibles.

Una buena forma de ganarse la confianza de un arrendador es indicarle que tu estancia será de al menos un año, y en caso de tener contrato de trabajo o la declaración de la renta del año anterior, hacérselo ver también. A los propietarios les interesa alquilar su vivienda de forma estable; lucha para que te hagan un contrato serio.

Usa las redes sociales, en especial Facebook, para dar con grupos de alquiler de vivienda y consejos sobre la ciudad. Lanzarse a ciegas puede resultar algo kamikaze, pero al final, con suerte y paciencia, eso de encontrar casa en Lisboa no era para tanto, ¿verdad?