La palabra ‘monzón’ es un término desconocido para muchos, especialmente para aquellas personas que no residen en el continente asiático, aunque también puede darse en Australia, África e incluso América. Si tu próximo destino es Vietnam, es bueno que conozcas en qué consiste este fenómeno climático y sus consecuencias. ¿Estás preparado para el cambio?

Que se produzca el monzón y aparezcan los fuertes vientos y lluvias depende del país, el mes, el día o el año. No existe una norma de cómo será, cuan intenso, o a qué hora tendrá lugar. Como es tan impredecible  te ayudaremos a sobrevivir a sus chaparrones incluso cuando menos te los esperes.

• En una ciudad tan sucia como esta, los charcos no van a ser menos, así que evitarlos tanto a ellos como a la ropa blanca es bastante importante, pues las manchas de los charcos vietnamitas NO se van de la ropa.
• Aparte de evitarlos por su suciedad, hay que hacerlo también porque nunca sabes cuan profundo van a ser (y verdaderamente lo son).
• Como esta lluvia puede durar cinco minutos o tres horas, y no hay forma de saberlo con antelación, debes intentar que los planes no dependan de eso. Obviamente, un picnic dependerá de la lluvia pero cancelar una fiesta o una cena con amigos por no mojarse es un error.
• Evita las calles con mal alcantarillado o mal asfaltadas porque aquí todo se inunda, y es bastante normal pasear o arrastrar tu moto mientras te llega el agua hasta las rodillas.
• Igual que puede llover durante horas también truena durante horas, un espectáculo digno de ver.
• Muchas de las motos están bastante viejas y estropeadas, así que al aparcar con lluvia o posibilidad de esta, lo mejor es cubrirlas con un chubasquero, porque si les entra agua no van a arrancar hasta que el motor vuelva a calentarse.

Aunque esto te pueda asustar, es importante recordar que al fin y al cabo el monzón es sólo agua, y si hay suerte (por lo que dice la gente de Vietnam) no va a llover tanto ni tan seguido como hace unos años. ¡En esto también está jugando su papel el cambio climático!

Un artículo de Claudia Lahuerta para CEXT