Un momento...
22/05/2018
Recordar el sabor del caldo del cocido de nuestra madre o abuela o el aroma de una deliciosa paella típica de los domingos en la familia, son sabores que no olvidamos aunque estemos a miles de kilómetros. Y no sólo no olvidamos sino que cada día se echan más de menos.
Algunos restaurantes nos permite poder comer y disfrutar con amigos y dar a conocer a los norteamericanos, la deliciosa e irrepetible gastronomía que tenemos en España. El caldo de cocido con garbanzos y fideos como primer plato y como segundo, las carnes, las verduras, los chorizos y las morcillas, no faltan en el cocido que ofrecen Sevilla Restaurant and Bar. Aunque no puedes irte de este sitio, sin comer las croquetas de cocido elaboradas con los restos de este contundente manjar.
¿Comer una paella sin chorizo es posible en la Gran Manzana? Si, es posible y además una auténtica paella, propia de un cocinero valenciano. El restaurante Socarrat, está ubicado en los barrios de Chelsea, Nolita y Midtown East. Una paella de marisco, de carne, de arroz negro o una fideuá de mar y montaña, se pueden disfrutar a un precio muy aceptable. Tampoco te puedes ir sin probar sus tapas de croquetas o las famosas patatas bravas.
La comida gallega es una de las más conocidas por los americanos y también la disfrutan. El restaurante Tomiño, ubicado en Lower Manhattan, ofrece una verdadera empanada gallega, vieiras o los macarrones con chorizo que nos hace nuestra abuela. Platos típicos y caseros tras una larga estancia fuera de casa los españoles necesitamos de vez en cuando, o simplemente por el hecho de haber probado un buen plato español en la gran ciudad de Nueva York.
Quizás sea un buen momento para romper con los tópicos: comer bien y encontrar productos de calidad fuera de España es posible. Aunque Nueva York es muy grande y existe una gran variedad de restaurante, no debes fiarte de todos porque es posible que no cumplan tus expectativas. Sigue esta guía y disfrutarás de las gastronomía española al otro lado del charco.
Un artículo de Miriam Martínez para Cext.