Un momento...
20/12/2018
Acostumbrados al hemisferio norte donde la Navidad va acompañada de frío y, si tienes suerte, con algo de nieve, el paisaje en Río de Janeiro es diferente ya que la Navidad llega en pleno verano. Aunque en un principio puede ser raro poner un árbol de Navidad a 40 grados, también tiene su encanto ver a los surferos con gorro de Papá Noel.
Igual que el clima, las costumbres son diferentes. La fiesta más conocida en todo Brasil se encuentra en Copacabana, que durante el año ya es una de las playas más famosas y turísticas de la ciudad. Sin embargo, en la última noche del año, la conocida playa destaca por las asombrosas exhibiciones de fuegos artificiales que se dibujan en el cielo bajo la mirada de los dos millones de personas que acuden cada año. La fiesta comienza por la mañana con música en directo, pero hasta la tarde no comienza a llenarse. Mientras que en Europa es más habitual ir de negro, en Brasil predomina el blanco.
Por otra parte, en Rio de Janeiro no comen uvas con las campanadas, sino que es tradición en Copacabana que los más atrevidos salten siete olas.
Otra de las curiosidades es que los locales hacen una ofrenda a Lemanjá, dios del Océano y dejan flotar velas en el agua, esperando que este les conceda sus deseos. Esta fue la razón por la que comenzó en 1970 la tradición de Nochevieja en la playa de Copacabana.
En cuanto a la comida, en muchas casas brasileñas que se lo pueden permitir, suelen comer lentejas que reflejan riqueza. Por ello, este es un plato tradicional para muchas familias brasileñas que lo interpretan como un símbolo para tener un año de riqueza y mucha comida. Además, también creen que depende de lo que coman, tendrán más o menos suerte el próximo año.
Aunque la playa de Copacabana sea el foco de muchas miradas, el año nuevo también tendrá una gran acogida en otras zonas de la ciudad como Barra da Tijuca, Flamengo, Parque de Madureira y otros locales de la Zona Oeste, Norte y Paquetá. Los precios de las fiestas más sonadas oscilan desde los 250 reales (55 euros) a los 1.100 reales (20 euros).
Debido a la diferencia horaria, siempre puedes comerte las uvas, mientras buscas un hueco en la playa de Copacabana para no perderte ninguna tradición.
IMÁGEN: Globo
Un artículo de Paula González para CEXT.