Un momento...
08/03/2019
El día 8 de marzo es el Día Internacional de la Mujer, una fiesta que adquiere una especial trascendencia social y relevancia histórica en Rusia. Y es que, en 1913 se convirtió en fiesta oficial y a partir de 1965, durante la era soviética, pasó a ser día no laboral.
Surgido a principios del siglo XX, el festejo poseía un fuerte componente feminista, queriéndose conseguir una igualdad laboral y social entre ambos géneros, destacando Rusia como uno de los pioneros en dicha tarea. El espíritu del Día de la Mujer aparentemente inherente a estas ideas reivindicatorias, se difuminó durante el periodo soviético gracias en gran parte a las medidas políticas de igualdad laboral entre ambos géneros, plasmado en Valentina Tereshkova, la primera mujer en viajar al espacio, y por otra parte, al control social ejercido durante el socialismo.
Como resultado de esto, la visión rusa del Día de la Mujer contrasta con lo que ocurre en otros países occidentales como España, en los que este es comprendido cómo un día de reivindicación y lucha. La celebración es hoy en día una fiesta familiar de la mayor trascendencia, en la que es habitual hacer regalos a las mujeres, entre los que existe un especial protagonista: las flores. Algo parecido ocurre con la otra fiesta relativa al género, el día 23 de febrero, que se celebra el Día del Defensor de la Patria, también festivo laboral y en el que se hacen regalos a los hombres (y también a las mujeres que sirven oficialmente defendiendo al país)
La igualdad de géneros en Rusia es una materia complicada: se encuentra muy avanzada en el ámbito laboral, pero todavía existen muchas desigualdades. En primer lugar, el reparto de las tareas de casa tiende a recaer exclusivamente en las mujeres. En segundo lugar, y más importante, la violencia hacia la mujer sobre todo al salir de Moscú y San Petersburgo. Es un gran reto para Rusia, aunque sobre ello existe un debate mínimo en la opinión pública y política del país. Tal es la situación que se estima que cada 40 minutos muere una mujer por violencia de género en el país, en otras palabras más de 35 víctimas diarias.
El país eslavo ha progresado sin duda en los últimos años pero las cifras siguen siendo esclarecedoras de la inmensidad del problema, y es que esta fiesta debe alcanzar los tonos de su origen para facilitar el desarrollo en la materia, un debate social más abierto y soluciones políticas.
Un artículo de Iván Fernández para CEXT