Cuando hablamos de igualdad de género, el conjunto de los países nórdicos se ve como modelo a seguir. El Foro Económico Mundial elabora una lista sobre la brecha entre géneros desde 2006, donde se comparan 144 países de todo el mundo. La nueva edición (2017) de su informe anual coloca a Suecia en el puesto número 5, después de Islandia, Noruega, Finlandia y Ruanda.

En Suecia la historia de los derechos de las mujeres es larga y es algo que viene de lejos. Esta historia está llena de leyes que han dado igualdad a las mujeres desde el siglo XIX, en 1842 las mujeres asistían de forma obligatoria a la escuela y tenían control sobre sus ingresos, incluso casadas. Los primeros años del siglo XX fueron decisivos para la lucha de derechos y estuvieron marcados por movimientos feministas organizados por los partidos políticos. Durante este siglo se instauran la baja por maternidad, la igualdad de derechos dentro del matrimonio y en las elecciones de 1921 se establece el sufragio universal. Poco después se crea la garantía de poder ejercer todas las profesiones en la sociedad, la legalización de anticonceptivos y aborto y la ley de igualdad de género en 1979. Además, Suecia se convierte en el primer país en introducir las bajas de paternidad.

Hoy en día Suecia se sitúa como uno de los países con mayor participación de las mujeres en el mercado laboral, mercado segregado en el que las mujeres ocupan sobre todo puestos en educación y sanidad, aunque la presencia de éstas en puestos directivos sigue siendo escasa. En la esfera política encontramos que Suecia es el país con más mujeres en el parlamento con un casi 45% de la representación femenina, incluyendo áreas dominadas por hombres, como economía o asuntos exteriores.

Por otro lado, al tener o adoptar a un niño los padres cuentan con 480 días de baja parental, además de 90 días de baja obligatoria para la madre y otros tantos para el padre, así se aseguran de que el cuidado del hijo no caiga solo en manos de la madre.  Aunque siguen siendo las madres las que mayoritariamente se cogen estos días transferibles. También es importante el papel activo del Estado, reforzando el rol del sector público de cuidar a niños, el cual ofrece sanidad y educación gratuita hasta los 18 años, y así evitar que las mujeres renuncien a trabajar.

Aunque aún queda mucho camino por recorrer, su historia, la elevada participación de las mujeres en el ámbito político y laboral, además de la ayuda por parte del Estado que promueve y crea leyes para alcanzar la igualdad, hace de Suecia, uno de los mejores países para la mujer.

Un artículo de Irene Arabshahy para Cext.