El Carnet de la Patria es un documento de identificación paralelo, no obligatorio, puesto en vigencia en Venezuela durante el 2017 por el presidente Nicolás Maduro, que incluye un sistema de almacenamiento de información a través de códigos QR. Su objetivo es obtener información sobre la situación socioeconómica de la población que se registre, para así mejorar la eficacia en los programas sociales denominados ‘misiones’.

Como requisitos para solicitar el carnet de la patria se debe ser residente, poseer cédula de identidad (Documento de identificación Nacional o por sus siglas DNI), ya sea de extranjero o venezolano y responder a una serie de preguntas como: ¿ha sido beneficiario de algún programa social del gobierno?, ¿pertenece a algún movimiento social?, ¿pertenece a algún partido político?, ¿forma parte de algún consejo comunal o comuna?, ¿forma parte del CLAP? o cuestiones relacionadas con la salud como por ejemplo si posee algún problema de salud, entre otras.

Según el presidente de Venezuela, con el código QR del carnet se podrán pagar los servicios de metro, metro bus, pasaje estudiantil y las cajas CLAP -Comité Locales de Abastecimiento y Producción- es una organización integrada por miembros del PSUV, las comunas y de las misiones, que a través del subsidio indirecto busca favorecer a los sectores de bajos ingresos vendiéndoles alimentos a precios inferiores a los del mercado. Sin embargo, todas estas funciones no se encuentran operativas tras un año de dicho anuncio.

Según denuncias de la población registrada, tanto el carnet como el servicio del CLAP se ha tornado en un mecanismo de discriminación y control social, al negar el servicio del CLAP a quienes no forman parte del PSUV, o quitándole el servicio de los CLAP a los beneficiarios si se es comprobado que estos han realizado alguna forma de manifestación en contra del gobierno.

IMAGEN: aporrea.org / notitotal

Un artículo de Bizmarck Amau para CEXT