Según el Censo Electoral de Residentes Ausentes (CERA) casi 1,8 millones de españoles residentes en el extranjero tenían derecho a votar en los comicios autonómicos celebrados este domingo 24 de Mayo. Solo lo ha hecho un 4,6%. El porcentaje lleva cayendo en picado desde 2011. En las elecciones generales de ese año tan solo votó el 5%, frente al 32% de los que lo hicieron en 2008. En los comicios europeos celebrados el año pasado las cifras no fueron más esperanzadoras. Apenas un 1,8% del electorado en el exterior ejerció su derecho democrático de acudir a las urnas, cuando cuatro años antes lo había hecho el 14%.

Las causas de esta caída generalizada del voto exterior no hay que buscarlas en los propios electores, sino en una reforma de la Ley Electoral aprobada en 2011 (LOREG). Esta modificación implicó, en primera instancia, que los españoles inscritos como residentes en sus países de acogida no pudiesen votar en las elecciones municipales, aunque sí pudiesen ejercer ese derecho democrático en las autonómicas.

Por otro lado, muchos votantes y colectivos de españoles en el exterior denuncian que, en la práctica, esta reforma en la Ley Electoral se ha traducido en una excesiva burocratización de los trámites para solicitar, obtener y enviar las papeletas electorales. La principal causa es la introducción del llamado “voto rogado”, que implica que los residentes en el exterior deban solicitar previamente la documentación de voto, que antes les llegaba directamente a sus residencias en los países de acogida. Los ajustados plazos, la falta de información acerca del proceso y los problemas a la hora de recibir a tiempo las papeletas son algunas de las quejas que se han repetido con más frecuencia a lo largo de estas semanas.

Lo cierto es que esta reforma electoral cuenta con más detractores que defensores, incluso dentro de las propias instituciones. El Director General de Migraciones se ha declarado en varias ocasiones en contra de este procedimiento y ha instado a la búsqueda de “fórmulas del siglo XXI, ya que lo lógico es votar como ya se hace en otros países, por ejemplo, a través del voto telemático.” Algo que comparten muchos jóvenes en el extranjero que denuncian la falta de sentido de poder realizar la Declaración de la Renta por internet desde el extranjero, pero no poder votar. La propia Junta Electoral reconoció a principios de mes  que “las principales dificultades para la efectividad de la recepción en tiempo hábil del voto”-de los españoles que viven fuera de nuestras fronteras- “reside en la insuficiencia de los plazos establecidos en la ley orgánica del régimen electoral general”.

En este sentido, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría declaró la semana pasada que el gobierno está dispuesto a buscar fórmulas que mejoren este procedimiento de voto. Unas fórmulas que muchos españoles que no han podido votar, o que se han costeado un viaje a España estos días para poder hacerlo, reivindican y esperan con firmeza.

@mdecastroramos

Una información de María de Castro para CEXT