Turismo

Moscú (Rusia)

Oymyakon, el lugar habitado más frío del mundo

22/06/2017

Existen lugares habitados realmente fríos en muchas partes del planeta. Hay climas extremos donde la gente, para sorpresa de muchos, vive con total normalidad, o, al menos, con una normalidad dentro de sus hábitos ligeramente diferentes, y es que vivir a más de menos 45 grados, no facilita una rutina tal como la conocemos. Para esto tenemos Oymyakon, el pueblo más frío del mundo.

Este pequeño lugar se encuentra al este de Siberia, en la República de Sajá, territorio ruso. Una de sus características es la de ostentar el récord de la temperatura más baja jamás registrada en una zona habitada: el 26 de enero de 1926, cuando el termómetro marcó 71,2 grados bajo cero. En Oymyakon viven poco más de 450 habitantes, posiblemente los más valientes del planeta al encarar los eneros con una media de 50 grados negativos, con un suelo permanentemente congelado, donde los niños no asisten al colegio, por ley, cuando el termómetro está por debajo de los 52 grados.

Los habitantes, siempre que pueden, permanecen en sus casas. Realmente, es difícil encontrarse a alguien por la calle en invierno, son personas muy cautelosas, y, como es normal, cuando te encuentras a una persona por la calle, no suele tener muchas ganas de conversar, conducta totalmente compresible en un lugar en el que estar a 65 grados negativos es algo habitual en enero. Odian el frío, es tan incómodo como peligroso, y una de las formas que tienen de quitárselo es bebiendo. Por eso, en algunas tiendas se leen dibujos hechos por los más pequeños con frases como “el vodka es malo”.

Para “matar las horas” se dedican durante jornadas interminables a la lectura o a ver la televisión. Cierto es que desde la comunidad se intentan organizar espectáculos y demás fiestas para pasar el tiempo, pero las salidas a la calle tan solo se realizan cuando son obligatorias, y lo más obligatorio para salir hacia el temible frío es el baño. En Oymyakon las tuberías no tienen demasiado sentido porque reventarían debido a las temperaturas extremas. Por ello, el lavabo suele encontrarse en una maltrecha cabaña ubicada al lado de las viviendas en la calle.

Económicamente el pueblo se mantiene a base de la ganadería y el paisaje está lleno de granjas de renos o vacas. Asimismo, aunque parezca extraño, existen varios edificios de la administración pública en este pequeño municipio. El gobierno ruso invierte mucho dinero para que Siberia sobreviva, lo que hace que la economía no funcione del todo mal.

Curiosidades del día a día

Cosas de la insólita rutina son, por ejemplo, tener la precaución de no parar el motor estando al aire libre, ya que la nafta (un componente del combustible) se congela cuando hay menos de 45 grados bajo cero, o aguantar la respiración cada vez que se dispara una cámara fotográfica, ya que el vapor del aliento afecta a las instantáneas. Aquí, un pez se congela solo 30 segundos después de haber sido sacado del agua, a los (intrépidos) turistas se les recibe con un cartel en el que se puede leer “Bienvenido al polo del frío”, y durante todo el mes de enero hay tan solo unas 28 horas de sol.

Estas bajas temperaturas en Oymyakon tienen su explicación. La latitud en la que se encuentra es providencial, pero lo que provoca que el frío se convierta en extremo son tres factores principales: el altiplano donde está ubicado el municipio, la distancia con el océano y la situación anticiclónica que padece cada invierno. Además, que Oymyakon se encuentre rodeado de dos pequeñas cadenas montañosas tampoco ayuda.

Un artículo de Rubén Ángel López Yáñez para CEXT

  • hace 7 años

    […] leyendo mi último post en […]

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