Retorno

Bellevue (Estados Unidos)

Be water my friend expatriado

28/06/2019

¿Cuántas veces te has tirado a la piscina desde un trampolín? ¿O al mar? Lo peor es tirarse de panza, ¿verdad? Seguramente alguna vez te ha tocado. ¡Y cómo duele! Ahí aprendiste a meterte poco a poco por la orilla y empezar a nadar…

Aunque el agua es un elemento aparentemente inocuo, inofensivo, manejable, lo cierto es que puede hacer daño si se impacta contra él o lo mezclas inadecuadamente. Lo que nadie pensaría es que el agua pudiera rechazar más agua, ¿verdad? Pues parece que sí.

Observa el siguiente vídeo. Fíjate cómo una gota de agua impacta contra la superficie de un barreño con agua. La habrás visto mil veces. La gota es rechazada por lo que se conoce como tensión superficial.

La lógica nos dice que la gota debería haber caído directamente al barreño y mezclarse con el resto del agua. Le cuesta, pero finalmente lo consigue con insistencia.

Apliquémonos este símil al proceso del retorno. La lógica nos indica que volver a casa, con los tuyos, con tus otras gotas, no debería suponer ningún impacto. Pero la naturaleza ya nos lo advierte en el ejemplo de arriba. Y lo peor es que las encuestas también: 7 de cada 10 expatriados temen la vuelta, y de hecho 6 de cada 10 se pensaría volver en caso de que las actuales condiciones del estado del bienestar cambiaran.

El llamado choque cultural inverso actúa exactamente como la tensión superficial del agua. La sociedad te rechaza por varios motivos a los que se añade tu propio rechazo de lo que encuentras. La solución nos la anticipó hace tiempo Bruce Lee: be water my friend.

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