Gastronomía

Praga (República Checa)

Breve introducción a la cocina checa

01/02/2019

Sin duda, una de las cosas que más pueden sorprendernos al establecernos en la República Checa es la gastronomía. No porque sea extremadamente distinta a la española, sino por la contundencia de sus platos, algo que no ha de ser necesariamente negativo pero de lo que conviene estar al tanto a la hora de ir a un restaurante.

La explicación más comúnmente aceptada es que la dieta se basa en el producto estrella del país, que no es otro que la cerveza. Hasta hace no mucho más barata que el agua (una jarra de medio litro cuesta unos 2 €), la cerveza checa tiene una bien merecida reputación. Y los platos estrella de la gastronomía, naturalmente, giran en torno a ella, como el goulash, la svickova y el codillo o koleno.

Contra lo que pudiera pensarse, el desayuno checo no es demasiado pesado, pero sí más abundante que el nuestro. Además del té, lo habitual es comer rohliks, panecillos alargados que suelen combinar con mantequilla y algún embutido o paté. Además, son grandes aficionados a los pasteles.

Así, las fuerzas se suelen reservar para el almuerzo, a la misma hora que nuestro aperitivo. Por ello, no debe extrañar que en el momento en que entramos al bar para pedir la primera cerveza del día, en la mesa contigua esté un checo comiéndose un goulash. Aunque la paternidad del invento está reñida, sí podemos señalar sin miedo a equivocarnos que el goulash no dista mucho de nuestro estofado.

Al igual que éste, puede presentarse más caldoso o más seco, dependiendo de la modalidad y el toque de cada cual. La diferencia principal con el estofado radica en que, en lugar de aceite de oliva, se suele emplear manteca de cerdo o tocino para freír la carne.

Junto al goulash, es muy recomendable también la svickova, una suerte de ternera con nata que destaca por su ternura. Asimismo, el codillo o koleno es otro de los puntales de la gastronomía checa. Se presenta asado y lo ideal es compartirlo entre dos o tres personas acompañado de unas patatas o los característicos dumplings checos.

Por último, como cabría esperar, la cena se torna en algo más ligero. Los checos son grandes aficionados a las sopas, usando a menudo la col y los numerosos tubérculos que crecen en el país. A veces, también cenan alguna salchicha, otro producto que se nos presenta bajo formas muy diversas.

Con esta introducción a la gastronomía checa os animamos a que no dejéis de probar ninguno de estos platos en vuestro viaje a la República Checa.

IMAGEN: Prague Go

Un artículo de Curro Arenillas para CEXT

 

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