Cultura

Nueva York (Estados Unidos)

REPORTAJE: El corazón de España en la octava avenida de Nueva York

13/06/2018

El siglo XIX fue muy importante para un grupo de españoles que llegó, después de más de una semana de viaje, a la ciudad de Nueva York. La inmigración durante esos años fue en aumento y la población se dividía en barrios para no perder ni olvidar sus raíces. En la octava avenida con la calle catorce, se empezó a construir lo que es ahora, La Sociedad Española de Socorros Mutuos (Centro Español-Spanish Benevolent Society) o también conocida como La Nacional. Hoy en día, la institución social española más antigua de Estados Unidos.

En el cruce entre Greenwich Village, Chelsea y el Meatpacking District, se localiza el edificio de cuatro plantas que alberga varias habitaciones donde pasar la noche durante unos días como turista, un gran salón donde se realizan actividades de bailes de tango o talleres de poesía y el restaurante, un espacio perfecto para dar a conocer la extensa gastronomía de España en la gran ciudad.

La Nacional, una organización sin ánimo de lucro, se creó en el año 1868, con el objetivo de ser un punto de encuentro y de refugio para aquellos que llegaban en busca de trabajo, asistencia médica y sobre todo compañía, quizás lo que uno más necesita en el mismo momento que llega a un país que está a más de 5.000 kilómetros de distancia de casa. Un centro cultural, espiritual y de caridad para españoles que llegaban a la ciudad.

El barrio conocido como Little Spain, construido para mantener vivo el recuerdo de la amistad y fraternidad entre españoles, llevó a la creación de La Nacional. Historiadores, periodistas y directores de cine han investigado entre los muros de este edificio para conocer el origen de las personas que vivían allí y sus costumbres. En la oficina de La Nacional se pueden encontrar tarjetas de los primeros socios o de todas aquellas personas que llegaron al centro para dormir durante temporadas, niños, mujeres o ancianos. De esta forma, la asociación también es considerada un centro de investigación sociológico de cómo y por qué muchos españoles llegaban a Estados Unidos en busca de una oportunidad.

La organización está dirigida por Robert Sanfiz, abogado en activo y a la vez impulsor de lo que es la Spanish Benevolent Society. “Mi objetivo era poder reconstruir este edificio olvidado en lo que fue en su creación y en lo que es ahora, un punto de encuentro entre españoles y norteamericanos” comenta el director.

Actualmente La Nacional está compuesta por más de 300 socios, entre los que se pueden contar tanto personas voluntarias, como empresas españolas y grandes multinacionales a nivel internacional, que ayudan y dan beneficios a asociaciones españolas en el extranjero. Un ejemplo de ello son Mahou, Estrella Galicia o Porcelanosa. Robert Sanfiz, explica que “para ser socio, la cuota anual son de 100 dólares, contando con descuentos en eventos que se realizan, invitaciones exclusivas que se hace al centro y el acceso a la red de contacto de La Nacional como son empresas, universidades locales, departamentos gubernamentales, una gran ayuda para empezar en Nueva York”.

Las actividades que se organizan va desde clases de tango y flamenco, clases de español, eventos privados de empresas para ‘networking’, conciertos, y la celebración de eventos relevantes tanto en Estados Unidos como en España, como puede ser la noche de fin de año, Acción de Gracias o Navidad. Actualmente es posible alquilar alguno de sus espacios, como el salón, para eventos organizados por empresas, proyecciones de películas, exposiciones de arte, actuaciones de teatro o baile. Cuenta con un aforo de 100 personas y una equipación total de la sala, que cuenta con aire acondicionado, sistema de visionado e internet, además de tener un catering 100% español.

Entre los objetivos de la organización de cara al futuro, es llevar al puesto número uno el restaurante de La Nacional entre los existentes en Nueva York con el contrato de tres grandes cocineros como es Jordi Morera (diseñador de la carta), Salvador Cames y Paco Parreño.

La implicación de los españoles su organización y actividad, es diversa, desde profesores voluntarios que imparten clases de bailes, de estudiantes en prácticas que trabajan con becas de estudios en la oficina, hasta los camareros en eventos privados celebrados en el gran salón.

Actualmente, dos siglos más tarde de su creación, La Nacional continúa trabajando por el mismo motivo con el que nació: ser un punto de reencuentro entre españoles, para que no se sientan solos y tengan un sitio donde pedir ayuda o sentir el calor de otros españoles que comparten su misma situación: «Tenemos la obligación de proteger la herencia de la comunidad española en Nueva York durante los últimos 150 años, y hay una historia que queremos contar», aseguró Robert Sanfiz.

Un artículo de Miriam Martínez para CEXT

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