Experiencias

Osaka (Japón)

Victoria: “Me siento mucho más cómoda viviendo en Japón que en España”

27/11/2018

Victoria es de Figueras, una pequeña ciudad catalana cerca de la frontera con Francia. Durante sus estudios en Historia del Arte, se especializó en arte contemporáneo, enfocándose en el arte de la postguerra japonés. Hace justo un año, tras finalizar su máster en gestión cultural, dio un salto de 10.000 kilómetros y se plantó en Osaka a vivir la experiencia de su vida bajo el visado Working Holiday. Ya de vuelta, anda haciendo malabares entre Japón y España, luchando por no olvidar lo que no pudo traer en las maletas.

CEXT- ¿Por qué decidiste mudarte a Japón?

Victoria- Durante todos mis años en la universidad no pude permitirme realizar ninguna estancia en el extranjero, Erasmus, o Gap Year. Para pagarme los estudios, empezaba a trabajar en Semana Santa y acababa sobre mediados de septiembre, justo para iniciar las clases de nuevo.

Me había quedado la espinita clavada de marcharme y viajar cuando, mientras trabajaba para Casa Asia Barcelona, nos llegó el rumor de que iban a lanzar la primera convocatoria del visado Working Holiday España-Japón.

Junto con mi pareja enviamos toda la documentación y a la semana nos contestaban que nos daban los visados. Decidimos que trabajaríamos durante los meses de abril a octubre para así ahorrar el máximo de dinero e ir con algo de colchón hacía Japón, donde nos mudaríamos el primero de diciembre. Recuerdo esos 6 meses como una temporada muy estresante: estudiando japonés, decidiendo qué visitaríamos, dónde viviríamos, de qué podríamos trabajar…

CEXT- ¿Cómo era tu día a día en Japón?

Victoria- Poco después de empezar a entregar currículums, me llamaron para trabajar en un kindergarten bilingüe. Era un arubaito, por lo que normalmente sólo me ocupaba la mitad del día. En un día normal de mi vida en Osaka me levantaba sobre las 8 y preparaba el desayuno y el bentō de mi pareja y mío; las mañanas pasaban en seguida: iba a comprar, estudiaba japonés, dibujaba, leía o salía a dar un paseo por el barrio. Para ir a trabajar cogía mi bicicleta y me plantaba en 10 minutos en mi trabajo, donde enseñaba inglés a niños japoneses de entre 1 año y medio a siete años de edad. Al salir iba otra vez al supermercado, aprovechando las ofertas que empezaban sobre las 19h y compraba melonpan o mochis para merendar, la cena o la verdura para la comida del día siguiente. Por la noche, después de cenar, salíamos con mi pareja a las 2 o 3 am a comprar cerveza y helados al combini más cercano y veíamos Netflix hasta que nos entraba sueño.

CEXT- ¿Qué fue lo que más te gustó de Japón y lo que menos?

Victoria- Quizás mi respuesta hubiera sido mucho más crítica con Japón si la hubiera respondido en el momento de llegar. Sin embargo, ahora –casi seis meses después de haber vuelto–, puedo decir que me siento mucho más cómoda viviendo en Japón que en España.

¿Pros de mi vida en Japón? Todo es “conveniente”, desde el packaging del onigiri a la taza de váter. ¿Cómo puede ser más conveniente una lata de refresco? En Japón se las han arreglado para escribir el nombre del producto en braille y para hacer que al tirar de la argolla no te dejes la uña en el intento.

La forma de ser de los japoneses, tranquila, absolutamente discretos y nada entrometidos; trabajadores, puntuales, diligentes, agradecidos, respetuosos… Y a la vez, espectacularmente divertidos, fiesteros y cachondos en las distancias cortas. La forma en como tratan su patrimonio, material e inmaterial; sus divertidas costumbres –como la de desnudarse en el sentō con los jefes después de una jornada de trabajo–, el hecho de que cada mes tengan una fiesta nacional o una celebración o tradición…

Sobre lo malo de Japón, supongo que la dificultad de los japoneses a la hora de comunicarse abiertamente y expresar sus emociones, intrínseca en su propia forma de ser; la incapacidad por improvisar o comprender segundos sentidos o figuras retóricas, el oden y el ikura.

CEXT- ¿Qué echaste de menos de España?

Victoria- Simple: de España eché de menos el pan, el queso barato y a mi familia y amigos.

CEXT- Describe tu experiencia en tres palabras.

Victoria- Aventuras. Distancia. Naturaleza.

CEXT- ¿Qué tal la vuelta a España? ¿Te ha sido fácil encontrar trabajo? ¿Cómo describirías tu situación como retornada?

Victoria- Mi regreso fue ajetreado y estresante: no sólo regresaba de la antítesis de lo que es España, sino que pasaba de vivir independientemente a volver a vivir con mis padres. Por el bien de mi salud mental decidí tomarme un mes de descanso antes de empezar a trabajar, tiempo que dediqué a encontrarme con mis amigos y familia. Poco después encontré trabajo en un centro cultural, me mudé de nuevo con mi pareja y aquí sigo. En ese sentido, supongo que me resultó relativamente fácil encontrar empleo y volver a encontrar una estabilidad.

En relación a mi situación como retornada, supongo que es un sentimiento común en todas las personas que regresan a su vida después de probar la adrenalina de vivir a miles de kilómetros de tu zona de confort. En mi caso el “reverse culture shock” fue y está siendo tremendo. Me llegué a sentir extraña, incluso inmigrante en mi propia ciudad, como si no encajara. Entre muchas otras cosas, me encontraba haciendo reverencias para dar las gracias y me sorprendía ver a la gente siendo maleducada y hablando a voces por la calle o en el tren.

Pienso esta segunda migración de Japón a España fue muchísimo más dura que incluso la de España a Japón. Me sentí como un alíen, lejana a lo que consideraba como propio, y eso me desconcertó mucho, fue un momento conflictivo de mi vida.

Actualmente aún sigo sintiendo esa sensación de vez en cuando, y como no puedo luchar contra ella intento seguir manteniendo en mi vida diaria esas pequeñas cosas que me gustaban de Japón.

Sobre este tema y otros relacionados con mi experiencia en Japón fui escribiendo en un blog que abrí coincidiendo con mi llegada al país. Os invito a que le echéis una ojeada: https://foranea.wordpress.com/

CEXT- Por último, ¿qué le dirías a aquellas personas interesadas en solicitar el visado Working Holiday?

Victoria- Mi consejo es que vayan con el japonés inicial como mínimo y que no se estanquen en un trabajo fácil de Guest House. Vivir en una burbuja de extranjeros en Japón es un peligro muy común –viviendo en Osaka llegué a conocer a extranjeros que llevaban 5 o 10 años en Japón sin hablar palabra del idioma–.

Que salgan de esos ambientes y se lancen a vivir en un piso compartido si es necesario, pero que hagan vida en la calle, se apunten a todas las fiestas que puedan, festivales, clubs de voluntariado de idiomas, etc. ¡Hacer amigos de verdad en Japón es complicado y lleva mucho tiempo y esfuerzo! Juegan con la ventaja de tener el «encanto gaijin”  de su parte.

Una entrevista de Elena Martín para CEXT

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