Vanesa Argudo salió de España hace 10 años para aprovechar una oportunidad laboral que se le planteaba a su marido, sin saber que su vida se convertiría en un viaje constante. A día de hoy ha vivido en Europa, Asia y América, tiene tres hijos, cada uno de un país y continente diferente. Esta valenciana, que actualmente trabaja como traductora, nos cuenta la experiencia de cambiar de país  frecuentemente y lo que supone formar una familia nómada en el extranjero.

CEXT- Llevas 10 años viviendo fuera de España: Grecia, Malasia, China, EEUU y actualmente Argentina. ¿Cómo se toman decisiones de este tipo cuando incluye también a tu familia? ¿Cómo viven ellos los cambios de cultura e idioma?

Vanesa- Cuando tuvimos noticia por primera vez de la posibilidad de expatriarnos con la compañía para la que trabaja mi marido, no teníamos todavía hijos (ni siquiera estábamos casados), así que fue una decisión relativamente sencilla. Yo ya había vivido de niña en Bélgica también por motivos laborales, en ese caso por mi padre, así que no era algo que me asustara, al contrario, me apetecía muchísimo volver a vivir esa experiencia.

Nuestros tres hijos han nacido en diferentes países y continentes, así que para ellos, ésta es su normalidad, no les altera lo más mínimo (por el momento) los cambios de residencia ni de entorno. De hecho en alguna ocasión les hemos tenido que explicar que no todo el mundo vive en países diferentes a sus familiares ni todo el mundo habla en diferentes idiomas.

CEXT- ¿En qué cultura te ha resultado más fácil la adaptación? ¿Qué momentos han sido los más  complicados?

Vanesa- Realmente no hemos tenido nunca problemas de adaptación severos, por supuesto tienes que acostumbrarte a las mil novedades que cada lugar te depara, pero la buena disposición y la ilusión obran maravillas. También reconozco que adaptarse a lugares como Grecia es tremendamente sencillo, ¡para nosotros que llegábamos  de  la costa española era como seguir en casa!

Lo más complicado siempre es aquello que atañe a tu familia, la pérdida de algún ser querido, las enfermedades, momentos difíciles… es un ejercicio realmente complicado no poder estar junto a los tuyos cuando más lo necesitan, y es una de las cosas para las que siempre tienes que estar preparado.

CEXT- ¿Qué es lo primero que tiene que hacer un español cuando pisa suelo internacional?

Vanesa- Para mi hay dos cosas esenciales a la hora de llegar a otro país: vaciar tu mente de prejuicios e ideas preconcebidas y de todo aquello que comience por “en mi país esto no se hace así…” Hay que disfrutar, aprender y dejarse sorprender para lo bueno y lo malo allá donde estés. Y por supuesto, acudir a tu embajada y darte de alta como residente, nunca sabes lo que puede suceder y siempre vas a necesitar realizar trámites, así que esto te va a resultar muy útil.

CEXT- A nivel laboral, ¿en qué país has encontrado mayores oportunidades?

Vanesa- Cambiamos de país pero siempre con la misma compañía, así que no nos hemos visto en la necesidad de buscar trabajo para mantener a la familia.

Yo me he ido reinventando a lo largo de estos años y estos viajes para poder compaginar la familia nómada que somos y mi faceta profesional. Me resultó muy fácil encontrar oportunidades en Grecia y Malasia como profesora de lenguas extranjeras y traductora ocasional.

CEXT- ¿Qué le dirías a alguien que se está planteando dar el paso de residir en el extranjero?

Vanesa- Adelante. Siempre digo que debería ser obligatorio por ley vivir al menos un año fuera del país de origen. Por supuesto hay que informarse debidamente de los lugares a los que ir, de las oportunidades que esperar de cada sitio, pero son ocasiones únicas para descubrir no sólo lo que vas a encontrar allí, sino también de lo que cada uno es capaz.

Creo que una de las experiencias más enriquecedoras que cualquiera puede vivir es esta.

CEXT-  Ya son muchos años fuera de España ¿Has pensado en regresar?

Vanesa- Si, por supuesto, algún día regresaremos. ¿Cuándo? No lo sabemos. Por el momento los próximos cuatro años seguiremos aquí en Argentina y luego, bueno, ¡ya se verá!  Pero te voy a contar algo… cuánto más tiempo estas fuera, menos te apetece volver. Es adictivo, créeme.

Una entrevista de Beatriz Calvo para Cext.