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Sara: «no pensamos en regresar a España, pero siempre será nuestro hogar»

26/12/2017

Sara Martínez, natal de Muros (A Coruña), estudió filología inglesa en la Universidad de Vigo. En su cuarto año de carrera decidió marchar a Londres para estudiar con una beca Erasmus. Viviendo esta experiencia en el extranjero, junto a su actual marido, decidieron tomar juntos la decisión de valorar el lugar donde les gustaría vivir. Finalmente, el destino elegido fue Suiza. Una nueva aventura que comenzaría tras finalizar su carrera en España.

 

Cext- ¿Cómo tomaste la decisión de irte a vivir al extranjero?

Sara- Siempre había tenido la idea de que viviría fuera, aunque no sabía dónde ni en qué momento. La idea de vivir en Suiza empezamos a barajarla mi entonces novio (y actual marido) y yo cuando estábamos viviendo en Londres y fuimos unos días de vacaciones a ver la ciudad suiza en la que él se había criado. Se fue de Suiza a los dieciséis años y, al volver como adulto, empezó a ver el país desde una nueva perspectiva. Londres es una ciudad demasiado estresante y donde no nos veíamos formando una familia. Suiza, un país tranquilo y donde tienes cierta estabilidad una vez consigues incorporarte al mercado laboral, nos parecía una opción perfecta para nosotros. Creo que es muy importante saber qué buscas a la hora de elegir un destino. Si buscas algo para unos pocos años, una aventura, o si esperas quedarte en el país, entonces es muy importante que tu carácter y el del país estéis en consonancia.

Cext- ¿Cuáles son, según tu criterio, las principales oportunidades que Suiza ofrece a los extranjeros? En el sentido opuesto, ¿en qué has tenido mayores dificultades para adaptarte al estilo de vida suizo?

Sara- Antes de nada, hay que saber que Suiza es muy dispar. Como cualquier país, hay diferencias de unas regiones a otras, pero en Suiza esto se acentúa porque cada cantón puede tener leyes diferentes. Yo vivo en el cantón Vaud, en la zona francófona y solo puedo hablar de lo que he visto en esta región. Suiza ofrece estabilidad económica. Encontrar trabajo puede ser difícil (depende de tu sector, la zona en la que busques, el idioma, etc.) pero una vez conseguido no es raro tener un contrato indefinido y que la empresa se vuelque en formarte. En grandes ciudades como Ginebra, Berna, Zurich… Se ven españoles y gente de otras nacionalidades trabajando en diversos sectores: arquitectos, empleados de banco, ingenieros, etc. Suiza suele acoger bien a las personas que vienen dispuestas a trabajar y a aprender y valorar sus costumbres.

La mayor dificultad que he encontrado para adaptarme ha sido las relaciones sociales. Es cierto que los suizos son muy amables y te ofrecen ayuda sin pensarlo dos veces, pero también son muy celosos de tu intimidad y de la tuya. No quieren molestarte y a veces es difícil saber cuándo una nueva relación no está cuajando o cuando la otra persona simplemente está intentando respetar tu espacio.

Otra dificultad que es importante tener en cuenta es el sistema de formación profesional propio que existe en Suiza. Mientras que los empleos que requieren una formación universitaria son más abiertos a contratar gente extranjera recién llegada, los empleos que equivalen a una Formación Profesional en España requieren el llamado CFC, un título propio suizo. Cuando yo llegué, mientras no encontraba algo como profesora de inglés, estaba dispuesta a trabajar en lo que encontrase. Sin embargo, me encontré con que esta formación era requerida para casi cualquier empleo. Por supuesto, siempre hay cafeterías que contratan a camareros sin el CFC en hostelería, pero te puedes encontrar con ofertas de empleo donde se especifica que solo se aceptarán solicitudes con ficha formación y esto excluye a todos aquellos que acabamos de llegar, sin saber muy bien dónde meternos. Este tipo de cosas fui aprendiéndolas poco a poco. Habría avanzado mucho más rápido de haber llegado a Suiza con lo que sé hoy en día. O, mejor aún, habiendo sabido todo ello cuando aún estaba en España, antes de haberme mudado.

Cext- Si tuvieras que destacar algo de tu experiencia fuera de España, ¿qué sería?

Sara- He vivido en Londres y en Suiza y son experiencias muy diferentes. Sin embargo, hay algo que se siente siempre vivas donde vivas, cuando te vas de tu país: el sentimiento de pertenecer a dos (o más) lugares y, al mismo tiempo, de no pertenecer a ninguno. Conocer varias culturas te enriquece, pero también te aleja un poco de tus orígenes. Cuando te vas, no vas a ser el mismo y, aunque eso es positivo, a veces te sientes lejos de quienes dejas atrás no tanto por la distancia física sino porque estáis evolucionando en ambientes diferentes.

Cext- Hace poco has sido mamá, ¿cómo quieres centrar la educación de tus hijos, teniendo en cuenta que conviven dos culturas bajo el mismo techo?

Sara- Esta es una pregunta que nos hemos hecho mi marido y yo y que hemos decido ir viendo sobre la marcha. Estoy segura de que mi hijo, siendo un nativo en Suiza, me enseñará muchas cosas. Nosotros intentaremos inculcarle el cariño por nuestros orígenes sin que ello le suponga alejarse de la realidad vivida por sus amigos. Por ejemplo, le estamos haciendo ya una pequeña biblioteca de cuentos en español y francés, uno de ellos es un libro de leyendas suizas.

Cext- Siempre has tenido la firme decisión de no vivir en España, aún así, debe existir en ti un vínculo emocional hacia lo que dejaste atrás, en este caso, ¿qué es lo que más añoras de España? ¿Tienes pensado volver algún día?

Sara- Añoro muchas cosas. Lo primero, la familia y amigos, por supuesto. Pero también cosas tan raras como el aspecto de las calles, la imagen de las ciudades en general. Me he encontrado a mí misma al llegar a España diciendo con una sonrisa ‘qué español es todo’. El que ha estado fuera entiende ese placer de que todo tenga un aspecto familiar, hasta las baldosas de las aceras. También echo en falta esa facilidad de ir a tomar algo con amigos (y no por ello arruinarte). Se echan de menos muchas cosas, pero también es cierto que me fui de España recién acabados mis estudios y que ahora tanto mis amigos como yo tenemos cada uno nuestra pareja, hijos, etc. Lo cual implica que habiéndonos quedado todos en España las cosas hubieran cambiado de forma natural. Muchas cosas de las que añoro no hubieran sido lo mismo incluso habiéndome quedado.

Mi idea al venirme a Suiza nunca ha sido regresar a España, pero es cierto que no me imagino aquí jubilada. No nos hemos puesto fecha de regreso. La vida da muchas vueltas y por ahora tenemos la suerte de que nuestra familia no nos necesita. Por ahora no pensamos en regresar, pero España siempre será nuestro hogar.

Una entrevista de Paula Villar para Cext.

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