Experiencias

Osaka (Japón)

Marta Soler Alemany: “Vivir en tantos lugares me ha enseñado a tener una gran capacidad de adaptación”

24/03/2019

Marta Soler Alemany es una socióloga menorquina natural de Sant Lluís. Ha vivido en EEUU y China, y ahora reside en Japón, donde lleva 5 años. Desde que cursó su Máster en Relaciones Internacionales en el IBEI de Barcelona, su interés por la situación socio-política de Asia Oriental ha ido aumentando. Actualmente, está terminando su doctorado en la Universidad de Waseda sobre los impactos de las redes sociales en la implicación política de los jóvenes en Hong Kong. Hablamos con ella para que nos cuente su experiencia viviendo y trabajando en dichos países, especialmente Japón.

CEXT–  ¿Qué te ha llevado a vivir en el extranjero durante tantos años?

Marta– La curiosidad, la fascinación por la diferencia y mi carrera académica; además de un gran apoyo familiar que me ha inspirado a no tener miedo a los cambios y a seguir mi camino. También me ha parecido indispensable vivir y aprender el idioma del país para poder dedicarme a la investigación de Asia Oriental. Seguramente todo viajero-caminante compartirá conmigo que esta forma de vida conlleva una enorme sensación de libertad.

CEXT–  ¿Cómo describirías cada uno de los países en los que has vivido?

Marta– Estados Unidos representa para mí la variedad de identidades y oportunidades. Conduje unos 2000 km en coche junto con mi amiga estadounidense desde Virginia hasta Nueva Orleans. Durante aquella ruta pudimos observar el paisaje de un país variopinto tanto por sus desigualdades y problemáticas como por su carisma. China está impregnada de una fuerza vital y una energía en expansión que se contagia cuando vives allí. Es lo que además caracteriza un país de supervivientes en el que el desarrollo económico es lo que prima. Y cuando pienso en Japón, las palabras que vienen a mi mente son elegancia, simplicidad y humildad. Tres características de una gran sofisticación cuando van de la mano. También pienso en la presión social de una sociedad moderna tecnológicamente pero muy tradicional y conservadora. Sin duda, los tres son países de grandes contrastes.

CEXT–  ¿Por qué te mudaste a Japón?

Marta– Después de dos años viviendo en Beijing, la polución y el sistema de vida empezaron a pasarme factura. No era mi sitio. Solicité empezar el doctorado en la Universidad de Waseda en Tokio, una de las universidades privadas más prestigiosas de Japón. Tras varias pruebas y entrevistas, me aceptaron, me dieron una beca y no lo pensé dos veces.

CEXT– ¿Cómo es tu vida en Japón y a qué te dedicas allí?

Marta– Es una mezcla de constante auto-reflexión, aprendizaje e idas y vueltas, ya que viajo bastante tanto a Hong Kong como a Tokio para participar en seminarios y conferencias relacionados con mi investigación. Hasta ahora había trabajado en la Universidad de Waseda, y desde que me mudé a Osaka me dedico a escribir mi tesis mientras colaboro con plataformas divulgativas sobre temas de actualidad y doy clases en varios centros.

CEXT– ¿Es fácil hacerse un hueco en Japón o te has encontrado con algún obstáculo por ser extranjera?

Marta– Cada vez hay más extranjeros viviendo en el país, pero no deja de ser difícil abrirse camino y construir una red de amistades y contactos, sobre todo a nivel profesional. Se suman otros obstáculos como el idioma, los códigos de conducta y otra mentalidad. Afortunadamente, el vivir en tantos lugares me ha enseñado a tener una gran capacidad de adaptación.

CEXT–  Has vivido en Tokio y en Osaka. ¿Con cuál de las dos te quedarías y por qué?

Marta– Me quedo con las dos porque cada una tiene sus encantos y se complementan. Tokio es más internacional, hay más oportunidades laborales y más zonas verdes, y es donde siempre van mis cantantes y músicos favoritos. Por otro lado, el ambiente y la calidez de la gente de Osaka me tienen el corazón robado. Los precios de la vivienda son más económicos e invirtiendo menos horas y esfuerzo puedes visitar lugares muy mágicos como pasear un sábado cualquiera por las calles de Kioto.

CEXT–  En general, ¿cómo describirías a los japoneses?

Marta– Como en todas partes no es igual un japonés de Kobe que uno de Hokkaido u Okinawa. Tampoco es igual un japonés que haya vivido fuera que uno que no haya salido nunca del país. Quizá algunas características comunes sean su nivel de amabilidad, consideración y timidez. Pero en Osaka, por ejemplo, son menos tímidos y tienen más sentido del humor que en otras zonas.

CEXT–  ¿Echas de menos algo de tu tierra?

Marta– Sí, la afectuosidad y la naturalidad de mi gente. También la frescura y desinhibición que hay en el Mediterráneo, aunque a la inversa, cuando vuelvo a Menorca o Barcelona, extraño Japón. Vivo entre dos tierras y varias identidades. Me envuelve una especie de morriña que me hace valorar todo aquello que forma parte de mi vida, tanto mis raíces como mis descubrimientos y, sobre todo, mi familia y amigos.

CEXT–  ¿Dónde te ves en un futuro: en Japón, de vuelta a España o en otro país?

Marta– Cuando termine mi doctorado, quiero dedicarme a la docencia universitaria, aunque no descarto otras opciones como trabajar de investigadora en un think tank o montar mi propia empresa, compaginándolo con mi pasión por la escritura. Así que me veo unos años más en Japón y cuando sea el momento, quiero volver a mi Mediterráneo.

Una entrevista de Elena Martín Turnes para CEXT

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