Mario Mairal, un biólogo de Huesca de 35 años, lleva viviendo en el suroeste de Sudáfrica casi un año. Su nuevo hogar está en Stellenbosch, una pequeña localidad cercana a Ciudad del Cabo reconocida sobre todo por sus bodegas y vinos. El otro factor que da fama a Stellenbosch es su universidad, una de las mejores del continente y motivo clave para que Mario hiciera las maletas y se mudara al fin de África.

CEXT – ¿Por qué te viniste a Sudáfrica?

Mario – Las razones fueron principalmente laborales, para poder hacer investigación científica en biología, que es mi campo. Me ofrecieron un proyecto de investigación posdoctoral que me atrajo bastante porque es internacional, aúna muchas universidades sobre todo del hemisferio sur, y es para trabajar en temas de biodiversidad en la Antártida. Me llamó también mucho la atención el sitio porque siempre me ha gustado viajar y África siempre me ha atraído mucho, así que era un plus.

CEXT – ¿Cómo es tu vida aquí?

Mario – Cambia mucho, a veces estoy haciendo trabajo de campo, otras veces te toca estar en la oficina… Es bastante ajetreado. El día a día de Stellenbosch es bastante tranquilo, incluso cuando no hay estudiantes diría que ‘aburrido’, pero cuando hay estudiantes hay mucha gente y mucha vida. Y luego los fines de semana es genial porque puedes hacer de todo… En este año he ido a un montón de reservas naturales, rutas de hiking súper bonitas, excursiones… Además, en Ciudad del Cabo siempre hay opciones de hacer algo más de ciudad o ir a la playa. Aquí hay playa y montaña una al lado de la otra, así que se puede hacer de todo.

CEXT – ¿Cuáles son las cosas que más te gustan de Sudáfrica?

Mario – Lo que más me gusta es el entorno, la naturaleza, y después la variedad cultural que hay en general de todo: la variedad de gente, la variedad de lenguas…

CEXT – ¿Has pisado ya la Antártida?

Mario – Más o menos, he ido a una isla que se llama Marion y que se considera subantártica. Está en el océano Antártico y es donde estamos trabajando nosotros. Estas islas me atraen mucho más porque son muy vírgenes y remotas y prácticamente no ha estado nadie en ellas. Están llenas de animales y plantas, no como en la Antártida que no hay nada (ríe). Estuve cinco semanas allí y es todo una aventura, desde viajar en rompehielos una semana hasta llegar allí a tierra en helicóptero. Luego en la isla las condiciones son impredecibles: de pronto hay sol, de pronto hay viento y granizo y son las condiciones más duras en las que nunca haya hecho trabajo de campo, de pronto hay colonias increíbles de pingüinos o leones marinos… Es una pasada, pero hay que caminar con un palo porque las focas te atacan constantemente.

CEXT – ¿Es Sudáfrica una buena opción para la gente que quiera hacer investigación?

Mario – En mi caso es que, en mi campo, en Stellenbosch son muy punteros, así que ya lo conocía. En otros pues destacarán y en otros no… En cuanto al dinero, por ejemplo, va justo, pero eso pasa en investigación generalmente en todas partes. Lo malo es que Sudáfrica está tan lejos de todo que el contacto académico con el resto del mundo es difícil, es complicado ir a conferencias, congresos… Estás un poco aislado pero eso le pasa a los países del hemisferio sur, en general.

CEXT – ¿Qué es lo que más echas de menos de España?

Mario – Todo (ríe). Bueno, sobre todo mis amigos y mi familia, pero también el carácter de la gente, la comida, la bebida, las risas, el día a día… Esto es atractivo, es diferente, pero no es lo mismo.

CEXT- ¿Aun así no tienes previsto volver a España?

Mario – De momento voy a estar aquí. Me gustaría volver a España, pero me han ofrecido oportunidades por todo el mundo. Por todo el mundo menos en España. La investigación está muy mal allí, ya no hay financiación, se han cargado muchos puestos y cada vez está yendo a peor, así que está muy complicado.

Una entrevista de Nerea González para CEXT