Guinea Ecuatorial es uno de los países con mayor biodiversidad marina y forestal. Cuando Carolina Martínez aterrizó en Bata como voluntaria en la ONG Tortugas Marinas de Guinea Ecuatorial (TOMAGE, organización dependiente del Ministerio) no imaginaba que años después acabaría trabajando en la Universidad impartiendo clases de Patrimonio Natural o que sentaría las bases del turismo sostenible en Tika, una de las zonas más bellas del país y sede del Ecomuseo.

CEXT – ¿Conocías o habías oido hablar antes del país?

Carolina – No. Nunca había oído hablar del país y eso que me lincencié en Geografía. En España se conoce poco a este país, a pesar de los vínculos históricos, culturales y lingüísticos.

CEXT – Llevas muchos años trabajando para TOMAGE, ¿ha sido fácil la adaptación y el trabajo?

Carolina – La adaptación a la vida guineana para mí ha sido más fácil en los pueblos donde convivía con los locales que en la ciudad. Al irme con ellos de pesca les conocía más, ellos me veían cómo trabajaba duro y valoraban mi interés por aprender. Con las «mamás» aprendí a limpiar el pescado, ahumarlo y salarlo y con los niños me adapté rápidamente. Ahí empecé a formar parte de la comunidad, aún siendo mi trabajo un gran choque para ellos ya que no comprenden la importancia de la conservación.

CEXT – ¿Cómo podría una persona española incorporase al proyecto? ¿Ha habido experiencias con voluntarios?

Carolina – La incorporación al proyecto de gente española o de otra nacionalidad ahora ya no es posible. Trabajamos con voluntarios guineanos ya que al final son los que se quedan aquí y pueden concienciar mejor a la población local.

Anteriormente sí que los voluntarios eran extranjeros porque no se entendía lo del voluntariado y no había personas dispuestas a ayudar y aprender sobre la conservación de las tortugas marinas. Actualmente tenemos 16 voluntarios guineanos que ayudan en la conservación de estas especies, la gestión del ecomuseo y sensibilizar a la población.

CEXT – ¿Cómo se toma la población local que una mujer española le hable de conservación medioambiental y no de comer tortugas?

Carolina – Bueno, creo que me ven con otros ojos ya que realmente empecé como voluntaria en el proyecto y conocí a los locales desde otro punto de vista desde el principio. Ellos (junto con la exótica naturaleza y mi trabajo en la Universidad) fueron los que me hicieron quedarme en el país y seguir trabajando con la conservación. No me conocieron en los comienzos como «la española que salva a las tortugas», sino como «la blanca que se enamoró de nuestro país».

Aun así es difícil que comprendan que la tortuga NO es comida aunque creo que en el fondo de su conciencia saben que están abusando de los recursos que les rodean.

CEXT – ¿Qué tal es trabajar en la universidad guineana?, ¿están bien valorados los profesores españoles en Bata?

Carolina – El trabajo en la universidad, después de estos años, ahora es muy gratificante. Al principio fue de las experiencias más difíciles, especialmente el poder conectar con los alumnos. Después de la perseverancia y la pasión por enseñar, los frutos los estoy recogiendo y me siento realmente realizada al ver y sentir los resultados.

Sí que se valora a los profesores españoles en Bata, de hecho, me ampliaron las horas de contrato porque los alumnos me solicitaban como profesora.

CEXT – ¿Es difícil encontrar alojamiento sin ser expatriada?

Carolina – En cuanto al alojamiento no ha sido un tema fácil en estos años, sobre todo si no conoces bien los barrios. Actualmente es más fácil encontrar alojamiento porque con la crisis se han ido extranjeros y los precios han bajado.

CEXT – ¿Piensas volver a España?

Carolina – En cuanto mi familia me necesite claro que regresaré a España; por el momento, disfruto de esta experiencia en este lugar maravilloso.

Una entrevista de Noel Corregidor para CEXT