Emprender en Panamá siempre ha sido atractivo para todos los inmigrantes de países europeos. Nuestros países, con siglos de historia, están más avanzados por el simple hecho de haber sido creados muchos años antes. Panamá en cambio, tiene apenas 100 años de historia, lo que provoca que quede mucho por hacer y que cualquier idea emprendedora tenga cabida.

Además, en los últimos cinco años, Panamá se ha convertido en el centro logístico de América Latina y América Central, propiciado por el proceso de modernización de sus infraestructuras, cosa que hace muy atractivo ese ámbito para los emprendedores.

Los trámites para establecer una empresa son relativamente sencillos, la sociedad anónima es la que más se utiliza y basta con contactar con un abogado que realice los trámites de inscripción, constitución, etc. Además, el Gobierno pide un Aviso de Operaciones para detallar la actividad de la empresa y la notificación a la AMPYME (Autoridad de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa), así como el alta de los trabajadores en el Ministerio de Trabajo.

En comparación con los trámites interminables y burocráticos que se exigen en España, establecer la empresa en Panamá es un gran atractivo ya que, sea del sector que sea, hay ámbito para crecer, establecerse y destacar frente a todos los demás sin necesidad de retrasar el comienzo de la actividad por lentitud en el papeleo.

Lo cierto es que la actitud emprendedora entre los jóvenes de Panamá tiene mucha importancia ya que los trabajos asalariados no acaban de encajar con un público joven que se acaba de graduar así que para los jóvenes que han viajado y han podido comprobar el éxito que tienen en otros países, es fácil regresar a Panamá e implementar ideas y proyectos que siempre serán innovadores y bienvenidos en el país.

Un artículo de Carolina Gimeno para CEXT.