El metro de Moscú, con más de 80 años de antigüedad, es uno de los más bellos del mundo y, también, uno de los más utilizados. Es evidente que en su origen el metro no era como lo conocemos actualmente y según las nuevas propuestas del gobierno moscovita, en pocos años esté metro tendrá otro récord más en su haber: será el más largo del mundo. Moscú tiene una extensión 2511 km² y el metro cubre gran parte de este territorio con sus 360 km de vías, muy bien conectadas con el resto de transportes. Además, la circulación interna del metro está sumamente bien organizada. Existen numerosas interconexiones entre las líneas, así como una línea circular que une todas éstas por el exterior de una manera muy útil para el desplazamiento. Los intercambiados mantienen en todo momento la doble dirección señalizada y, en algunos casos, vallada. La disciplina también se puede observar en las largas escaleras que hay por todo el metro: la gente se mantiene ordenada a la derecha. El carril de la izquierda sólo es empleado por la gente que pasa corriendo, algo muy frecuente en Moscú. Si, por casualidad hay alguien parado en el carril izquierdo, sin duda es un turista. Las prisas y los adelantamientos en los pasillos son constantes, por eso es fácil recibir pequeños golpes o empujones que nunca irán acompañados de un “perdón”, pues ellos piensan que otro día podrías ser tú el que golpee sin querer.

Realmente viajar en el metro de Moscú puede ser una verdadera aventura si no se habla ruso o si ni siquiera se conoce el alfabeto cirílico, pero existe una manera de poderse orientar un poco mejor gracias a la voz del metro. Cuando la voz del metro es femenina, significa que estás alejándote de la ciudad. En cambio, cuando es masculina, significa que te acercas al centro de la ciudad. En la línea circular, la voz masculina suena cuando te desplazas en el sentido de las agujas del reloj, mientras que en el sentido contrario habla una voz femenina. Sin embargo, en la línea naranja desde Tretyakovskaya (Третьяковская) a Turgenevskaya (Тургеневская), únicamente cuenta la voz femenina. Algo similar ocurre en la línea verde claro (entre Chkalovskaya (Чкаловская) y Trubnaya (Трубная)) y en la línea azul oscuro (entre Arbatskaya (Арбатская) y Ploshchad Revolutsii (Площадь Революции)). Posiblemente lo más interesante del metro es su precio. Si vienes como turista, el viaje individual te costará 50₽ (0,86€) y un bono de 60 viajes vale 1400₽ (24,15€). El gran problema es que cuando realizas un cambio a otro medio de transporte, tendrás que pagar otro billete. Existe otra posibilidad, que es comprar la tarjeta “troika” (50₽ de depósito) y recargarla con dinero. Así, el viaje te costará 30₽ y si en 90 minutos haces un intercambio, costará 46₽ en total.

Además, es un transporte lleno de curiosidades:

• La parada de Ploshchad Revolutsii (Площадь Революции), además de ser una de las más céntricas, es una de las más bonitas porque está repleta de estatuas de bronce de gran tamaño. Pero no todas las estatuas tienen el mismo valor; hay estatuas que representan a personas que con el tiempo se hicieron famosas y otras tienen leyendas a su alrededor. La más famosa de ellas es la que representa a un guardia de fronteras con su perro. Según cuentan, todo el que frote su nariz en ella antes de un examen tendrá buena suerte en los estudios. Su fama hace que siempre se formen filas de gente en búsqueda de fortuna a su alrededor.
• El metro de Moscú es uno de los más profundo del mundo y cuenta con una de las estaciones más profundas. La estación Park Pobedy (Парк Победы) llega hasta los 85 metros de profundidad y la escalera para acceder al andén recorre 126 metros en unos 3 minuto. La explicación de la profundidad de su construcción se remonta a la Segunda Guerra Mundial y a los años de la Guerra Fría, cuando el riesgo de ataque nuclearllevó a la planificación de muchas estaciones como refugios nucleares.
• Ante ese miedo a un ataque nuclear, el metro se equipó con un sistema que permitía el aislamiento del exterior sin perder oxígeno. Además, en cada estación hay baños y camas. Hubo un periodo en 1943 donde se utilizó el metro como refugio: en muchas estaciones se crearon tiendas o peluquerías, y en la estación Kurskaya (Курская) de la línea circular se podía acceder a una biblioteca pública. Se contabilizan que en ese período nacieron 217 niños bajo tierra.
• Durante la guerra y con el ejército nazi a las puertas de Moscú, el 15 de octubre de 1941, el Comisario del Pueblo de Ferrocarriles, Lazar Kaganovich, ordenó el derribo de toda la infraestructura del metro. La noche del 15 al 16 de octubre comenzaron los preparativos para esto: se desmantelaron las escaleras mecánicas, se cortó el suministro de energía y se decretó la colocación de minas en su interior. La mañana del 16 el metro permaneció cerrado, siendo éste el único día de la historia en el que el metro ha permanecido cerrado. Por la tarde, por suerte, la orden fue cancelada.
• El tráfico de pasajeros del Metro de Moscú es uno de los más altos del mundo. Se calcula que el tráfico medio diario de pasajeros llegó a ser de 6.730.000 personas en 2012, con un pico de 928.0000 personas el 29 noviembre de 2012. Los fines de semana el número de pasajeros se reduce casi a la mitad respecto a los días laborales. Según datos de 2008 la afluencia media de gente más alta se registró en diciembre (7.637.100 personas) y la más baja en enero (6.156.500 personas). La estación de Vykhino (Выхино) tenía un tráfico medio de pasajeros diarios de 193.100 personas, pero con la construcción de tres estaciones más en la zona, éstas absorbieron unas 30.000 personas. Era tanta la afluencia en el andén, que desde que se llegaba a éste hasta que era posible coger el metro, pasaban unos tres trenes. Esto es popularmente conocido en la ciudad como “efecto Vykhino”, y se llama así a cualquier aglomeración significativa en el interior del suburbano.

Después de conocer todos estos datos, podemos afirmar que el metro de Moscú es un reclamo perfecto para visitar la capital de Rusia.

Un artículo de Rubén Ángel López Yáñez para CEXT