Testimonio de una genialidad ecléctica, de una absoluta modernidad artística, de la versatilidad, de la constante evolución estilística es el corpus de obras gráficas presentadas por la Galleria Deodato Arte, desde el 12 de febrero al 30 de marzo con la exposición ‘Picasso, capolavori incisori e litografici’.

Los grabados de Picasso son por su número y calidad una parte fundamental de su obra. Maestro y experimentador, Pablo Picasso demuestra durante toda su carrera un intenso interés por la gráfica, desde la incisión hasta el aguafuerte, desde el aguatinta a la litografía, realizando obras ejemplares, sea desde el punto de vista técnico que iconográfico, para exprimir una gran variedad de contenidos.

Se exponen numerosas obras litográficas desde los años veinte hasta los años setenta, además de una selección de impresiones pertenecientes a las series Suite Voillard (1930 – 1937) y La Celestina (1968 – 1971).

Las 100 aguafuertes recogidas en la Suite Voillard, encargadas por el editor Ambroise Voillard, no se refieren a un único texto, sino que tratan cinco temáticas distintas: la batalla amorosa, Rembrandt, el Minotauro y el Minotauro Ciego, el Estudio del Escultor y Retratos de Voillard.

La serie di sesenta y seis planchas impresas al aguafuerte y al aguatinta conocida come La Celestina, ilustra el texto de la tragicomedia de Calisto y Melibea, obra maestra de la literatura española, escrita por Fernando de Rojas en 1499.

En el recorrido expositivo una consistente sección está dedicada a la técnica litográfica, que alcanza su culmen a partir de 1944, año en el que Picasso visita y frecuenta asiduamente el estudio de Fernand Mourlot, conocido laboratorio de impresión parisino.

La exposición acoge además algunos retratos fotográficos del maestro extremamente expresivos e irónicos capturados por André Villers en los años cincuenta.

IMAGEN: Scène d’Intérier de Pablo Picasso

Un artículo de Noelia Espinosa para CEXT