Ciudadanía

Bunyola (En todas partes)

¿Ir al psicólogo es de locos? ¿o es de locos no ir?

11/10/2016

La mayoría de la gente espera a tener algún problema para ir al psicólogo. Y casi todos los que tienen un problema esperan a que éste alcance un límite casi insoportable para finalmente tomar la decisión de ir a terapia.

En realidad, para empezar un proceso de trabajo interno, sólo se necesita ser consciente de la importancia de la salud mental sobre nuestra calidad de vida, aceptar la responsabilidad sobre ésta y tener ganas de trabajar en nosotros mismos. Poco más. 

Soy consciente de que en realidad la gente no sabe lo qué significa realmente ir al psicólogo y no puede ni imaginarse el poder que tienen la mente y las emociones en nuestras vidas.

Además, existen multitud de creencias sociales limitadoras al respecto que tampoco ayudan: que si es para locos, que si pedir ayuda es de débiles, que el psicólogo es para quien no tiene amigos…

Y no olvidemos que tampoco es fácil tomar la decisión de parar tu vida por un momento para mirar adentro, es algo para lo que quizá uno crea no estar preparado.

Todo esto dificulta mucho la decisión de ir al psicólogo. Y en muchos casos se eterniza hasta tal punto, que cuando uno decide dar el paso, a veces ha llegado a tal límite personal, que la terapia se convierte en una acción de emergencia para poder llegar otra vez al equilibrio personal y así, poder trabajar con uno mismo los aspectos más importantes de su vida.

En este post me gustaría poder aportar algo de luz a todos aquellos que tengan dudas sobre lo que se suele trabajar en terapia, o más bien dicho, sobre lo que yo suelo trabajar en mis sesiones y lo que para mí serían los 5 motivos más importantes para empezar un proceso de terapia y/o coaching:

 

¿Para qué hacer terapia?

1. La base para una vida plena es el AUTOCONOCIMIENTO PERSONAL.
No te conoces. Crees que te conoces, pero te basas en tus experiencias vividas y en lo que los demás han opinado sobre ti. Y TÚ, eres mucho más que todo eso. Si dedicas un tiempo a parar y a mirar dentro de ti, descubrirás quién eres, cuáles son tus fortalezas y cuáles tus debilidades, cuáles son tus pasiones, tus talentos, tus valores, tus miedos… y podrás aplicar todo este conocimiento a tu vida diaria para vivir de forma más plena y satisfactoria.

2. LIBERACIÓN DEL PASADO.
No sabes hasta qué punto tu pasado está limitando tu presente ahora mismo. Creencias limitantes que te han transmitido tus padres, heridas no curadas que te hacen responder de manera exagerada ante una situación o vivencias por las que has creado mecanismos de defensa para no volver a ser herido, están produciéndote malestar.
Si analizas tu pasado, curas tus heridas y cambias tus creencias, se te abrirá un presente lleno de posibilidades y cambiarás la relación que tienes con tu historia, sustituyendo las limitaciones por un montón de aprendizajes que te habrán hecho mejor persona.

3. Aprender a GESTIONAR e INTEGRAR EL “LADO OSCURO” de la vida.
Casi todas las personas que me contactan para hacer terapia, necesitan hacer las paces con la parte “oscura” de la vida: tristeza, cansancio, rabia, complejos, negatividad, obstáculos, odio, injusticia, debilidad, dolor… La felicidad, entendida como una vida “sin problemas”, siempre alegre y con energía, no existe. Querer mantener este mundo, conlleva mucho desgaste psicológico que al final acaba yendo en nuestra contra. La vida tiene parte de dolor, hay que aprender a gestionarlo, a no añadir más y a integrarlo en nuestras vidas. Cuanto más lo queramos evitar, más grande será el sufrimiento.

4. Tomar LAS RIENDAS DE TU VIDA.
Imagina que TÚ eres el director de tu propia orquesta donde tienes tres grandes instrumentos: tu cuerpo, tu mente y tus emociones. Para poder dirigir tu vida hay que dominar bien cada instrumento para así poder transmitir la melodía que llevas dentro. En terapia puedes aprender a dominar cada instrumento: la mente, el cuerpo y tus emociones y así dirigir TÚ tu vida, y no tus emociones, ni tu cuerpo ni tu mente.

5. Trabajar tu PAZ INTERIOR.
Cuando nos liberamos de nuestras principales preocupaciones, miedos, estrés y sufrimiento entramos en una situación subjetiva de bienestar: la paz interior. Eres consciente de las maravillas de la vida y te sientes conectado con el universo y contigo mismo. Es una sensación de calma en la que dejas de batallar contra tus pensamientos y emociones desagradables, aunque esto no significa que no existan sino que dejan de dominarte y de causarte daño.

  • Diego Laguna Ortega

    Madrid (España)

    hace 7 años

    Becas

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