¿Cómo voy a cenar a las seis de la tarde? ¿A quién se le ocurre coger el coche para ir a comprar a la tienda más cercana? ¿Qué es eso que comen? ¿En serio les gusta esa película? ¿Cómo han podido elegir a ese presidente…? Más allá de la actualidad económica, social o, en estos últimos días, política del país, adaptarse a una nueva sociedad nunca es sencillo. No sólo requiere abandonar la ciudad, las amistades, los familiares o los lugares que nos son más comunes, sino también toda una serie de hábitos y costumbres que hay que remplazar por otros nuevos. Adaptarse requiere, en muchos casos, un esfuerzo grande y consciente, y a menudo es necesario forzarse a cambiar hábitos fuertemente arraigados en la personalidad para adoptar otros nuevos ante los que, de inicio, hasta las personas más inteligentes pueden rechazar o despreciar. Esta es una conducta normal, pero conviene ponerle fin cuanto antes por el propio bienestar del interesado. Aquí unos consejos para lograrlo, empezando por los más pragmáticos:

• Obtén el número de la Seguridad Social cuanto antes. Si tienes el visado en regla, podrás hacerlo unos pocos días después de llegar, y conviene tenerlo lo antes posible porque te lo solicitarán para cualquier trabajo.
• Empieza a construir tu “historial de crédito”. El crédito en EEUU juega un papel mucho más importante del que estamos acostumbrados en España. No es raro ver pagar la compra con un talón o un cheque, o financiar la adquisición incluso de pequeños electrodomésticos. Por ello, debes empezar a construir tu historial de crédito lo antes posible, a fin de que cualquier empresa que lo consulte pueda ver que estás al día con tus pagos. Un buen método para ello consiste en abrir una cuenta asegurada e ir «prestándose» dinero a uno mismo
• Intégrate. Comienza a desterrar tus prejuicios y, poco a poco, despréndete de los tics que te hacen sentir seguro pero que limitan tu desarrollo. Al principio puede ser necesario mantener un contacto casi constante con los seres queridos, a través de Whatsapp, Facebook o Skype, pero poco a poco habrá que ir renunciando a él (nunca del todo, claro está) para ir incorporando nuevas amistades. En este sentido, sobre todo cuando de ello depende que puedas socializar, pero incluso cuando únicamente te afecte a ti, haz lo posible por adaptarte a los horarios y costumbres de la sociedad. Abre una cuenta bancaria, solicita un abono de transporte (o compra una bici o un coche, lo que corresponda en la ciudad en la que vivas), ve al mercado, apúntate al gimnasio, sácate el carnet de la biblioteca… haz lo que debas hacer para VIVIR, y no sólo estar, en el lugar en el que estés
• Sin embargo, en EEUU esto quizá tenga una excepción: la alimentación. Si bien es cierto que conviene ir incorporando los hábitos del país, hay algunos que definitivamente es mejor no asumir. Y es que, aunque ciertos alimentos puedan parecer (y ser) muy apetitosos, hay que tener en cuenta que esto muchas veces de puede deber a las laxas leyes de alimentación que imperan en EEUU en comparación con las de Europa. El caso del pollo es especialmente llamativo. Intenta consumir fruta y verdura, evita abusar de la comida basura y, si el bolsillo te lo permite, busca siempre la palabra «organic»
• Esfuérzate por aprender el idioma. A menudo pensamos que vivir en un país extranjero es el mejor modo para aprender su respectivo idioma (y lo es), pero no basta sólo con eso. Para aprenderlo realmente hay que esforzarse y hablar, escuchar, leer… en definitiva, realizar el mayor número de actividades posible en ese idioma, incluso cuando podríamos hacerlo en el nuestro
• Date tiempo. Los primeros días, semanas e incluso meses es muy posible que lo pases mal, que no logres adaptarte e incluso que pienses que eso nunca va a pasar. Es normal, date tiempo y no te presiones. La adaptación requiere esfuerzo, pero no tiene un plazo fijo ni tiene que ser brusca. No tengas prisa, haz lo que te haga feliz (hablar con tus amigos por Whatsapp, ver una película española) y, poco a poco, intenta ir buscando alternativas que puedan terminar por hacerte igual de feliz